avarra ya cuenta con la previsión de gasto público para los Presupuestos de 2021: 208 millones más que lo presupuestado para este 2020 y un total de 4.464 millones de euros. Y también tiene diseñadas las prioridades de su destino: el fortalecimiento de la calidad y nivel de las prestaciones y servicios públicos y la reactivación y recuperación económica. Pero sin olvidar dos cuestiones: la evolución de la pandemia que puede derivar en una vuelta atrás muy dura y los ingresos fiscales: la distribución de la aportación fiscal sigue siendo poco equitativa en favor de las rentas altas, del capital y de Sociedades con beneficios. Unos parámetros que no diferirán mucho del Presupuesto del Estado ni tampoco de los de otras comunidades -la CAV maneja esos mismos principios-, o territorios de la UE. Los problemas que ha generado la pandemia sanitaria en el ámbito social, laboral y económico son similares, aunque las realidades y capacidades de partida para afrontarlos sean diferentes en unos ámbitos políticos y en otros. A la negociación de esos Presupuestos Chivite ha invitado, además de a los partidos que apoyan al Gobierno de Navarra -PSN, Geroa Bai y Podemos-, a Navarra Suma, EH Bildu e I-E. Los tres han mostrado disposición a ese diálogo. Creo que quienes finalmente se descabalguen de un acuerdo que puede ser políticamente muy amplio en el Parlamento foral cometerá un grave error político. Es tiempo de arrimar el hombro y de alcanzar pactos constructivos que antepongan el interés general y la solución a los problemas y necesidades de la sociedad navarra a los intereses partidistas. La apuesta por la crispación y el barullo se saldará con el mismo fracaso que la apuesta por la austeridad. El fin del techo de gasto y la obligada estabilidad presupuestaria pone fin también a la política de austeridad y a los recortes de los servicios públicos y favorece esos acuerdos amplios en Navarra. El capitalismo neoliberal se ha saldado con nuevo fracaso y la alternativa -impulsada desde la UE y desde los organismos internacionales que durante años han impuesto ese modelo-, para salir de la crisis actual pasa por anteponer el bien común y la apuesta valiente y eficaz por lo público como tractor de la recuperación. Enterrar la austeridad se hacía imprescindible. La filósofa Shoshana Zuboff insistía en El País e en que "el neoliberalismo lo ha destrozado todo" teorizando sobre lo que denomina el capitalismo de vigilancia. Un neoliberalismo de quita y pon en lo económico -socializar pérdidas y privatizar beneficios-, y un autoritarismo político y social para descarrilar las democracias. Los Presupuestos tienen también como obligación política ser un instrumento contra la concentración de poder y la limitación del bien común que ha producido el neoliberalismo fallido. De profundizar en los valores de una ética humanista de lo público en este siglo XXI que asuma los derechos humanos y las libertades democráticas como un bien común e individual global y como la alternativa a la ira y el autoritarismo en la política y a la austeridad, la especulación, el abandono de las nuevas generaciones y el asalto a la riqueza común en la economía. En este sentido, los Presupuestos de Navarra deben ser un instrumento político desde el autogobierno para construir convivencia y para construir sociedad desde el reconocimiento de derechos y la asunción de deberes individuales y colectivos.