a decisión de Navarra Suma de presentar una enmienda de devolución a la totalidad del proyecto de Presupuestos para 2021 es solo un postureo que no tiene recorrido alguno posible en la actual aritmética política del Parlamento de Navarra, donde las Cuentas diseñadas para el próximo año por el Gobierno de Chivite cuentan con los votos favorables de 30 de los 50 escaños. Como lo fue la pasada semana el de PP y Vox con sus enmiendas a los Presupuestos del Estado. En ese sentido, será un nuevo brindis al sol sin ninguna capacidad de influencia. La enmienda a la totalidad de Navarra Suma parte ya con la derrota bajo el brazo. La única posibilidad de que este paso tuviera una rentabilidad para Navarra Suma es que el discurso de su puesta en escena se centrase en argumentos y propuestas que tengan relación directa con las necesidades de la sociedad navarra ante la actual crisis del coronavirus y sus consecuencias sociales, económicas y laborales. Que Navarra Suma fuera capaz de presentar una alternativa de contenidos reales con su propio proyecto presupuestario de ingresos, gastos, prioridades, fiscalidad y solvencia financiera. Pero no parece que ésa sea la intención política de Navarra Suma. No ha sido capaz de hacerlo en el último año y medio de esta Legislatura, como no lo fue tampoco en los cuatro años anteriores con el Gobierno de Barkos. De hecho, Navarra Suma ya avisa de que esta enmienda a la totalidad se basa en los mismos argumentos de su inútil propuesta-trampa de ofrecer su apoyo a cambio de la exclusión de EH Bildu. Esto es, trampear el resultado electoral que ofreció la libre voluntad democrática de los navarros y navarras reduciendo de 50 a 43 los escaños de la Cámara operativos políticamente. Bochornoso y a la desesperada, pero real. Si ese va a ser también el argumentario de Esparza en su enmienda a la totalidad de los Presupuestos ya sabemos que no hay nada en el contenido de sus palabras que pueda tener una mínima conexión con los intereses generales de los navarros y navarras. Solo la escenificación de un nuevo fraude a la sociedad navarra: Navarra Suma pasa de ofrecer un cheque en blanco a unos Presupuestos que ahora enmienda a la totalidad. Si valían antes para ser votados, debieran valer ahora igualmente en cuanto a su contenido de gasto y prioridades, que es lo que realmente interesa a los ciudadanos. Nueva contradicción que justifica aún más la desconfianza política. Como salida, volveremos al desgastado comodín de ETA en un intento torpe por tratar de resucitar lo que ya dejó de existir hace 10 años, y se repetirán las matracas habituales del Navarra se vende y Navarra desaparece. Años con las mismas monsergas y, por supuesto, como es evidente ni Navarra se ha vendido, ni Navarra ha desaparecido del mapa del mundo mundial. Se aferran al mismo resquicio. El discurso de los viejos miedos, ya superados afortunadamente por la sociedad navarra, los tópicos más desgastados e irreales, las descalificaciones e insultos más groseros y algunas mentiras sobre personas y proyectos políticos inaceptables. Pero ni todo ese ruido puede ocultar su falta de ideas y su alejamiento progresivo de la mayoría de los navarros y navarras de hoy. Más evidente aún todo ello con su falta de responsabilidad y de iniciativas positivas en una situación tan dura, excepcional y exigente para Navarra en su conjunto como la actual de la pandemia sanitaria. ¿Qué papel le queda ya a esta Navarra Suma atrapada en su propio bucle? Esta escenificación será solo otro episodio inútil de la política más inútil.