l mismo día en que la escritora Najat El Hachmi, premio Nadal de este año por El lunes nos querrán, mantenía que cada día hay más mujeres que "se salen del camino recto para ser libres" y se rebelaba contra el corsé represor y machista de la educación musulmana, el Gobierno del islamista Erdogan anunciaba de forma injustificada la retirada de Turquía del Convenio contra la violencia de género, un duro revés para los derechos de la mujer. No podía tener peor excusa que afirmar que el Tratado de Estambul "normaliza la homosexualidad". Su complicidad hacia grupos ultraconservadores islamistas le delata en un país que, por cierto, fue el primero en firmar dicho tratado en 2012, y en el que sigue existiendo un abismo para las mujeres entre la igualdad legal y la desigualdad real. Un país con un aumento importante de casos de violencia machista que dejan patente las cifras del pasado año, 300 mujeres muertas, según datos de la asociación Pondremos fin a los feminicidios. Miles de mujeres salieron el sábado a la calle a protestar. En Estambul llueve sobre mojado porque la pandemia se ha aprovechado para recortar libertades, en especial el derecho a reunirse de muchas asociaciones de mujeres activistas. Ayer se celebraba el Día contra el Racismo y la Xenofobia. Y en Navarra también hay tareas pendientes.