icen que el comercio anda muy pesimista sobre su futuro y auguran el cierre de un buen número de locales, más de 200, en el centro de la ciudad, a lo largo de este año. La propia asociación de comerciantes de Navarra ha pintado un panorama desolador con los datos extraídos de una encuesta a comerciantes, hosteleros y sector servicios, en la que piden un plan urgente de apoyo y ayudas para superar esta crisis. Una situación económica delicada que en realidad viene de atrás, de 2008, y en la que la pandemia ha puesto la puntilla. Comparto con ellos que los alquileres son inasumibles, y aunque hay casos en los que se han renegociado moratorias y precios, las cuantías siguen siendo prohibitivas e incluso poco éticas. Estoy segura de que va a ser un año difícil para muchas empresas y que muchas familias no lo van a tener fácil. Por no hablar de que las compras on line, de momento en manos de los grandes, han roto totalmente el mercado presencial. Pero no es menos cierto que la crisis sanitaria ha tenido un efecto positivo en nuestros hábitos y costumbres, y uno de los aspectos positivos tiene que ver con la movilidad. Compramos más en nuestro barrio o pueblo lo de primera necesidad, poteamos por sus terrazas... y miramos más esas tiendas que saben diferenciarse. Y ahí siempre ganan la calidad y la originalidad. La covid ya nos uniformiza bastante.