Navarra ha superado el primer incendio importante de este verano con 338 hectáreas calcinadas, un daño sensiblemente inferior al que produjo el histórico fuego de junio de 2022 cuando las llamas se quedaron a las puertas de varios de los pueblos cercanos en el mismo lugar, Valdizarbe, y por las mismas causas, las altas temperaturas y el uso de maquinaria agrícola, en este caso una empacadora junto a la ermita de Eunate.

Es cierto que es injusto el señalamiento que responsabiliza a las labores del campo de los incendios, pero también lo es que las causas están ahí y muchas veces apuntan a una coincidencia entre la situación climática y la maquinaria agraria en uso. No significada nada más que eso. Ni acusaciones exageradas ni victimismos exculpatorios. La rápida intervención de los servicios de extinción de incendios, la aplicación efectiva de los protocolos previstos y el cambio en la dirección del viento contribuyeron a poder controlar la extensión del incendio con eficacia y rapidez. Es el bagaje positivo del reteo.

En la otra parte, las criticas de los sindicatos EHNE y UAGN a la decisión de la consejera de Interior, Amparo López, de activar una orden foral para prohibir las actividades agrícolas y forestales con maquinaria de forma generalizada. Una decisión, a su juicio, arbitraria y contraria a los protocolos de meteoalertas acordados entre el Gobierno y las organizaciones sindicales del sector primario. Tras las críticas, el Gobierno matizó la decisión de la consejera de Interior y flexibilizó las restricciones. Aún así, el presidente de UAGN, Félix Bariáin, exigió la dimisión de Amparo López por su “ineptitud”. Una exigencia desproporcionada ante los muy limitados efectos que ha tenido la orden foral inicial.

Más bien una escenificación excesiva e interesada para copar el protagonismo mediático elevando el listón de la crítica llamando la atención, pero de escasa o ninguna eficacia real para aportar soluciones a la situación de desencuentro y al riesgo de incendios en verano. Las universidades navarras deberían estudiar el uso constante casi de forma exclusiva del verbo “exigir” en el lenguaje político y sindical en Navarra. Exigir de todo, en todas causas y en todas las reclamaciones es ya un encabezamiento habitual en declaraciones y comunicados de prensa.

Quizá hubo falta de coordinación en el seno del Gobierno entre los departamentos de Interior y Medio Ambiente y Desarrollo Rural y la decisión de Amparo López fuera precipitada –aunque Interior insistió que la medida inicial estuvo justificada–, pero la prevención y la máxima precaución en los primeros momentos son también importantes. Pudo haber sido peor. Y se solventó en unas horas de forma conjunta con el consejero José Mari Aierdi, responsable de Medio Ambiente y Desarrollo Rural tras una reunión mantenida con los servicios de emergencia, protección civil, bomberos y cuerpos policiales permitiendo las labores de recolección agrícola en aquellos cultivos que no representan riesgos excesivos, en función de la evolución climatológica y de su incidencia en las diferentes zonas del territorio.

Navarra ha dejado atrás el primer susto de los fuegos de verano, pero la situación debe seguir siendo de alerta y precaución absolutas ante una semana por delante con temperaturas extremas en prácticamente toda la comunidad.