recientemente, la presidenta del Gobierno de Navarra y la presidenta del Parlamento de Navarra -a propuesta del Colegio Oficial de Arquitecto Vasco Navarro (COAVN), e impulsada por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE)- han firmado la Declaración de Davos 2018 en un acto que celebramos en el Palacio de Navarra. Se trata de un manifiesto surgido de la Conferencia de Ministros de Cultura de la Unión Europea celebrada en Davos (Suiza), en enero de 2018, en el que se declara el papel fundamental de la cultura en el entorno construido.

Se acuña en dicha declaración el concepto Baukultur, que abarca todas las “actividades humanas que modifican el entorno construido. El entorno construido en su totalidad, incluyendo todos los valores diseñados y construidos que se insertan y se relacionan con el medio natural, deber ser entendido como una entidad única. Baukultur comprende los edificios existentes, incluyendo monumentos y otros elementos del patrimonio cultural, así como el diseño y construcción de edificios modernos, infraestructuras, espacio públicos y paisajes”.

En otro apartado se describe cómo “el patrimonio cultural es una parte crucial para una Baukultur de calidad. La forma en la que damos uso, mantenemos y protegemos nuestro patrimonio cultural hoy en día será crucial en el futuro desarrollo de un entorno construido de alta calidad”.

Así mismo, se manifiesta que “la Baukultur de alta calidad requiere lograr el equilibrio correcto entre los aspectos culturales, sociales, económicos, medio ambientales y técnicos de la planificación, el diseño, la construcción y la reutilización adaptativa, en el interés público por el bien común”.

Todos estos contenidos, señalados en la Declaración de Davos 2018, ofrecen ahora mismo su oportunidad a propósito de dos cuestiones urbanas polémicas y muy cercanas, que, siendo de características y circunstancias muy diferentes, sin embargo se anuncian estos días con el mismo final: su demolición.

Se trata de la pasarela del Labrit en Pamplona y del kiosco de Barañáin. Sin duda, dos piezas de alta calidad arquitectónica.

Desde el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro instamos a los Ayuntamientos de Pamplona-Iruña y Barañáin a la reflexión sobre dicho propósito y a apurar las opciones (entiendo que existen) que propicien la viabilidad de dichas infraestructuras. Todavía estamos a tiempo. El autor es presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) en Navarra