un 26 de marzo de 2019 me animo por fin a pasar la ITV, así que a las 8 horas me presento en las instalaciones del polígono de Noáin topándome con una cola que presagiaba un tiempo muerto de muchas horas, como así fue, quedándome sorprendido de la paciencia de mis conciudadanos.

Ya estaba advertido de los colapsos de la ITV pero no estaba preparado para semejante despelote. Resulta que desde que se inventó lo de la ITV, hace casi 30 años, la flota de automóviles en Iruñea se habrá cuadruplicado, mientras que las instalaciones de ITV son las mismas, es decir, dos, una en el polígono Agustinos, y otra en el polígono de Noáin.

Constituye un disparate que el ciudadano de a pie tenga que malgastar 4 horas de un día de labor, que viene a suponer un coste en términos económicos de unos 240 €, para efectuar un control de su vehículo que, si bien es necesario, paraliza el funcionamiento de una sociedad con tanta gente matando las horas.

Conversando con empleados de la ITV me informan que ya está solicitada licencia para la apertura de una nueva instalación en la comarca de Pamplona, pero que ésta tarda en llegar, por lo que resulta obligado que la Administración pertinente se ponga las pilas para afrontar este problema que afecta al conjunto de la población activa.

También me informan de que el problema de la espera se ha agravado por culpa de que muchos guipuzcoanos acuden a la ITV de Navarra porque en esa provincia solo funcionan con cita previa, y ésta oscila sobre los 3 meses de espera.

Puestos en la tesitura de que los guipuzcoanos gustan de rastrear nuestros montes en busca de setas, de adquirir nuestros productos vegetales y nuestros caldos vinícolas, de disfrutar de nuestra naturaleza y nuestras fiestas, bastante más divertidas que las suyas, y encima se arriman a nuestra Comunidad para pasar la ITV, igual es el momento de que nuestros políticos se pongan las pilas y propongan a Guipúzcoa un Protocolo de Adhesión a la Comunidad Foral, teniendo en cuenta las cuitas que los guipuzcoanos sostienen con los vizcaínos en el tema fiscal, ya que estos aportan igual pero gastan el doble que sus vecinos, y no digamos en la cuestión deportiva, en tanto que el Athletic roba jugadores a la Real cuando estima pertinente, y a cambio, reclamaríamos el acceso directo y sin peaje a la tan ansiada Hondarribia, y eso si, bajo la presidencia de un navarro.

Sería la forma de desenterrar el hacha de guerra, de vascos sí o vascos no, con los navarros y guipuzcoanos en la misma trinchera, no le quedaría otro remedio a los vizcaínos mas que pasar por el aro, consumándose así, sin derramamiento de sangre, la integración de Euzkadi en Navarra, proyecto que antaño estaba presente en las élites navarras, incluso en los ancestros de la actual UPN, cuando podían presidir dicha unión hasta el descubrimiento del carbón en Vizcaya que los empoderó y lo frustó todo, pero hoy esa unión sería posible gracias a la ITV navarra.

A veces es bueno soñar aunque sea a costa de un despelote.