hace unos días se celebró el Día de la Juventud, un día especial o eso debería. Sin embargo, para CCOO, más que un día de celebración es un día de denuncia por la situación problemática a la que se ve sometida esta gran parte de la sociedad, la sociedad joven.

Si bien es cierto que ha aumentado el empleo, la mayor parte es un empleo precario, de baja calidad, de bajos salarios, de malas condiciones laborales, inaceptables e incompatibles con una vida social digna, que llevan a esta parte de la sociedad a no poder desarrollar proyectos de vida futuros.

Las estadísticas no son buenas. La mayoría de contratos que firma la gente joven son de 7 días o menos. La temporalidad que sufren estas personas es del 64%, los contratos parciales constituyen un 36% y la tasa de paro se ubica en un 22,6%. Unos datos que esconden también, en muchos de los casos, un abuso con las prácticas no laborales y el aumento de los falsos autónomos. Todo ello hace que el 34% de la juventud esté en riesgo de pobreza o exclusión social. Las cifras siguen siendo destructivas con la juventud trabajadora en Navarra.

Y esta situación no va a mejorar con algunas de las nuevas formas de trabajo, por ejemplo, con el crecimiento de las nuevas plataformas digitales. En la comarca de Pamplona más de 150 personas trabajan para Glovo cuando el verano pasado el número era insignificante. El desamparo que sufren estas personas trabajadoras en cuanto a calidad en el empleo, seguridad, estabilidad es importante y va creciendo de manera exponencial. Nos cuentan que es el trabajo del futuro cuando en realidad lo que ocurre es que estamos regresando al pasado.

El fenómeno de la “plataformización” del trabajo pone en serio riesgo el derecho del trabajo tal y como lo conocemos, así como nuestro sistema de protección social. Y es un problema que hay que erradicar.

Así que hacemos un llamamiento al nuevo Gobierno Foral para que dedique una atención especial a la problemática laboral y social de las personas jóvenes en Navarra. Es muy importante perseguir la temporalidad injustificada, el fraude en el trabajo, y potenciar medidas laborales (condiciones de estabilidad, seguridad, empleos de calidad, en suma) y sociales (acceso a una vivienda digna, enseñanza 0-3 gratuita?) que ayuden a las personas jóvenes a emanciparse y poder construir un futuro.

De la misma forma, para evitar el abuso y las irregularidades en las becas y prácticas laborales es urgente abordar, en el ámbito estatal y desde el diálogo social, un marco legal y de control que permita mejorar las condiciones y que asegure el carácter formativo de las prácticas curriculares. La negociación de un Estatuto de las Prácticas no laborales ya comprometido con Gobierno y Patronal es otra reivindicación que no puede permanecer más tiempo en el cajón.

En CCOO apostamos en su momento por impulsar un proyecto de gente joven y para gente joven, y en nuestra agenda siempre está como prioridad la organización de la juventud para luchar por nuestros derechos, sobre todo ahora que el mercado laboral ha cambiado, y cada día que pasa es más necesario estar bien asesorados y organizados. Nos preocupa la calidad del empleo pero también nos preocupan los valores como aspecto fundamental en la vida de las personas. Y todo lo que hagamos desde CCOO por proteger a las personas que viven en situación precaria, todo lo que hagamos por defender los derechos de las personas trabajadoras es poco. Hemos llegado a un punto de inflexión en el que la juventud debemos ser capaces de construir oportunidades, y no dejaremos de pelear por lo que es justo.

Tenemos grandes retos por delante, pero tenemos claro que es el momento de crear empleo estable y de calidad, es el momento de las ayudas a la emancipación, es el momento de dar un impulso a esta sociedad joven que es la que más ha sufrido el proceso de crisis, es el momento de cambiar las cosas.

En CCOO tenemos claro que no miraremos a otro lado mientras exista precariedad, mientras existan abusos en el mundo laboral. Porque si un empleo es precario no es un empleo, es otra cosa.

Somos jóvenes, no esclavos.

La autora es secretaria de Juventud de CCOO Navarra