Hoy, como cada 4 de septiembre desde 2010, celebramos el Día Mundial de la Salud Sexual. Este día, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) hizo un llamamiento a todas sus organizaciones afiliadas con el fin de sensibilizar y concienciar a la gente sobre los derechos sexuales, la educación sexual y la importancia que tiene este ámbito en la vida humana.

Según la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.

Este año el lema es La educación sexual para todas, todos y todes: un puente hacia la salud sexual. Defendemos una educación sexual integral, desde una perspectiva de los Derechos Humanos, la igualdad de género y con un enfoque positivo de la sexualidad y el placer. Esta ha sido una reivindicación histórica de las asociaciones del ámbito del VIH en Navarra.

Las instituciones públicas se hicieron eco de esta necesidad y plantearon el programa Skolae para garantizar el décimo derecho de la Declaración Universal de los Derechos Sexuales: el derecho a la educación sexual comprensiva. La falta de información y los tabúes sociales hacen que, todavía hoy, haya grupos y colectivos que han iniciado una lucha encarnizada en contra de este programa, tratando de silenciar una dimensión humana esencial, la sexualidad, que nos acompaña durante toda nuestra vida. Sin embargo, en 1997 se redactó la Declaración Universal de los Derechos Sexuales en la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología, reconociendo estos derechos como derechos humanos fundamentales:

- Derecho a la libertad sexual: la libertad sexual abarca la posibilidad de las personas de expresar su potencia sexual. No obstante, esto excluye todas las formas de coerción sexual, de explotación y de abuso en cualquier momento y situación de la vida.

- El derecho a la autonomía sexual, la integridad sexual y la seguridad del cuerpo: este derecho involucra la habilidad de tomar decisiones autónomas sobre la vida sexual de una misma dentro del contexto de la propia ética y social. También incluye el control y el placer de nuestros cuerpos libres de tortura, mutilación y la violencia de cualquier tipo.

- El derecho a la privacidad sexual: éste involucra el derecho a tomar decisiones individuales y conductas sobre la intimidad siempre que éstas no interfieran en los derechos sexuales de otras personas.

- El Derecho a la equidad sexual: este derecho hace referencia a la oposición a todas las formas de discriminación independientemente del sexo, el género, la orientación sexual, la edad, la etnicidad, la clase social, la religión o la diversidad funcional y/o emocional.

- El derecho al placer sexual: el placer sexual incluye el autoerotismo, es una fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.

- El derecho a la expresión sexual emocional: la expresión sexual es más que el placer erótico en los actos sexuales. Cada persona tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.

- El derecho a la libre asociación sexual: significa la posibilidad de casarse o no, de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales.

- El derecho a hacer opciones reproductivas, libres y responsables: esto abarca el derecho a decidir sobre si tener criaturas o no, el número de criaturas y el tiempo entre ellas, y también el derecho al acceso a los métodos de regulación de la fertilidad.

- El derecho a la información basada en el conocimiento científico: la información sexual ha de ser generada a través de un proceso científico y ético y difundido en formas apropiadas a todos los niveles sociales.

- El derecho a la educación sexual comprensiva: éste es un proceso que dura toda la vida, desde el nacimiento, y habría que involucrar a todas las instituciones sociales.

- El derecho al cuidado de la salud sexual: se requieren servicios de prevención y atención a la salud sexual de calidad, disponibles, accesibles y aceptables, así como a los condicionantes que influyen y determinan la salud sexual.

En el año 2014 estos derechos fueron revisados y se añadieron:

- El derecho a la libre asociación y reunión pacíficas: derecho a organizarse pacíficamente, protestar y defender sus ideas con respecto a la sexualidad, salud sexual y derechos sexuales.

- El derecho a participar en la vida pública y política: derecho a participar en el desarrollo y la implementación de políticas que determinen su bienestar, incluyendo su sexualidad y salud sexual.

- El derecho al acceso a la justicia y a la retribución y a la indemnización por violaciones a sus derechos sexuales: esto requiere medidas efectivas, accesibles y apropiadas de tipo educativo, legislativo y judicial, entre otras.

Después de más de 20 años, tenemos todavía un largo camino por recorrer y seguiremos reivindicando días como éste hasta que las instituciones públicas garanticen estos derechos. Cuidar de nuestra propia salud sexual nos convierte en agentes políticos para lograr cambios a nivel individual y comunitario.

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