A pesar de la existencia de informes medioambientales, valor paisajístico, problemas urbanísticos, movilización vecinal y el reconocimiento por parte de los gestores del programa de "lugar no adecuado". Todo esto no sirve de nada, pues quieren seguir con el proyecto adelante y con sospechosa prisa para comenzar la obra. La gestión de los políticos da que pensar: ¿Qué es lo que dice el otro? Pues nosotros nos oponemos. Importa más marcar las diferencias que atender a la razón. Hechos así permiten ver cómo se comportan quienes deben velar por el interés ciudadano. Se clarifica su irracionalidad. Aún hay tiempo para que entren en razón.