an pasado ocho meses desde el inicio de la pandemia y el departamento de Turismo y Comercio del Gobierno de Navarra ni está ni se le espera.

En este plazo de tiempo, donde podrían haber preguntado qué tipo de necesidades tenemos, sólo nos han utilizado para hacerse una foto en el mes de junio presentando una campaña audiovisual aprobada en octubre del año 2019, dotada con 60.000 €, 10.000 para los diseñadores y 50.000 para los medios que las emitan, campañas que repiten todos los años y que tienen nula efectividad.

Mientras tanto se ha ido viendo cómo nos empiezan a preparar para la próxima recogida de impuestos, cómo su idea de conseguir tributos es inventarse unas ayudas a la tecnificación de los comercios. Todos debemos estar a la última, ordenador, programa de gestión adaptado al tipo de comercio y producto que tengas, página web, ecommerce, redes sociales para así competir con los gigantes de la red. No cuentan que eso les asegura una entrada de efectivo en circulación, que solo te apoyan en un tanto por ciento muy reducido, y que además puede ser insuficiente pues hay comercios que se han quedado fuera por falta de fondos en la partida.

Se aseguran el cobro de los impuestos de estos gastos, se aseguran que haya dinero circulante, no te aseguran que tu comercio venda más, pero te hacen creer que el futuro es ese, la tecnología 4.0. Díganle a quien vende aceitunas en el mercado, a quien vende alpargatas en cualquier calle de Navarra, a quien vende leña, al ultramarinos de un pueblo pequeño, cuéntenselo a quien lleva 50 años en un comercio y ya tiene un sistema tan eficaz que le ha dado beneficios siempre.

Ahora se están preocupando por el comercio rural, por la sucesión a la hora de jubilaciones, pero a la vez, como he dicho antes, nos inducen al consumo electrónico, apoyando así a las grandes centrales de ventas, incongruencias de unos gestores que deberían estar para utilizar el dinero público con más exigencia.

El apoyo al comercio digital, a las grandes superficies (en Pamplona quieren colocar otra zona comercial cerca del centro) no reporta IVA a Navarra de manera directa, es una fuga que no podemos permitirnos. No podemos, y menos ahora, con la falta que tenemos para gastos de salud, educación, dejar marchar los impuestos a comunidades como Madrid, Valencia, o en otros casos países como Irlanda, Luxemburgo y los simpáticos holandeses, que además de ser paraíso fiscal nos llaman vagos y derrochadores.

Urge que el Gobierno de Navarra se centre en nuestro sector, que salga a la calle y vea en qué situación estamos, que deje de hacerse trampas al solitario y publiquen datos de mejora con datos de centros comerciales, y a la vez no vea que hay cadenas que tienen trabajadores en ERTE.

Cada pérdida de trabajo es un drama, pero así como un trabajador por cuenta ajena va al paro y lo cobra, un autónomo cierra su modo de vida, se queda con la deuda y además no cobra paro, no hace ruido, al Gobierno no le incomoda como el cierre de una empresa con más trabajadores. No me vale que se hagan campañas de lo bueno que es el comercio de cercanía si ni crees en él, si no apuestas de manera firme por él, echo de menos que el departamento haya salido en público a decir que no se adhieran los centros escolares a la campaña de Amazon, ha prohibido a los centros públicos hacerlo, pero, ¿y los concertados? ¿No reciben dinero público? Tenían una oportunidad muy buena para habernos hecho un guiño, pero ni por esas, solo les interesamos para la foto.

Creo que es el momento para que el comercio navarro demos un golpe en la mesa, demostremos nuestro hastío y exijamos un poco de atención del departamento al que pertenecemos.

Es preocupante el presente, pero necesitamos aclarar el futuro. La banca electrónica ha suprimido una barbaridad de puestos de trabajo, nuestros jóvenes no pueden trabajar (solo becarios), queremos lo mismo para el gran número de puestos de trabajo (la mayoría femeninos) que dependen del comercio.

Es la dirección que nos intentan marcar, pero tenemos la obligación:

Como comerciantes de poner en valor nuestras cualidades y demostrar que el beneficio para el consumidor, sociedad y Hacienda foral es el comercio de cercanía.

Como consumidores, realizar un esfuerzo para que podamos continuar manteniendo pueblos vivos, con gente en la calle y con puestos de trabajo para nuestros vecin@s.

Esta pandemia está siendo dura, pero lo que venga detrás de las vacunas puede ser peor, la crisis económica que nos está afectando puede agudizarse y deberíamos ser muy cuidadosos en la elección del lugar de las compras. Por ello es necesario que el departamento sea claro y nos diga de parte de quién está, si quiere apostar por los números del paro o quiere apostar por el futuro de Navarra, que tome ejemplo de los ayuntamientos que en su capacidad han corrido para ayudar.

El autor es comerciante navarro