a reciente aprobación del anteproyecto de Ley Foral de CC y TT por parte del Gobierno de Navarra pone en peligro la consecución de objetivos para la lucha contra el cambio climático. Desde la Alianza por el clima de Navarra queremos mostrar nuestra preocupación y hacer propuestas al respecto.

Nos queda poco tiempo, según la ONU deberíamos reducir las emisiones mundiales a un ritmo del 7,6% anual entre 2020 y 2030, sin embargo, desde 2010 están aumentando a un ritmo de 1,3%.

¿A qué esperamos a reducirlas? Navarra no es una excepción, entre 2016 y 2018 hemos aumentado un 5% nuestras emisiones y la temperatura media ha aumentado 0,23ºC por década.

Es necesario que la Declaración de Emergencia Climática del Gobierno de Navarra sirva para limitar las actividades generadoras de gases de efecto invernadero que son perjudiciales para el bienestar del planeta y de las personas, realizando a su vez una redistribución de la riqueza.

Son dos años ya desde la Declaración de Emergencia Climática, pero dudamos de las intenciones del Gobierno debido a la insistencia en el TAV, los fondos Next Generation para proyectos insostenibles, la apuesta por una movilidad eléctrica individual, el cuento de hadas del hidrógeno, macrogranjas como Caparroso, Aroztegia o la 2ª fase del Canal entre otras.

La Ley Foral, a diferencia de otras (europea, española, autonómicas,) no establece objetivos, se refiere a la Hoja de Ruta de Cambio Climático (KLINA) y al Plan Energético. Algo incomprensible, ya que al ser el objetivo la reducción, éste debería estar establecido por ley.

KLINA establece unos objetivos de reducción de emisiones del 45% para 2030 con respecto a las emisiones de 2005, lo que en realidad es una reducción del 26% con respecto a las emisiones de 1990; objetivos muy alejados de los actuales de Europa del 55% con respecto a ese mismo año.

Los procesos de participación han sido reducidos y con escasa participación real, algo crucial en temas medioambientales. El éxito de la presente ley depende del acuerdo social que merece tiempo, recursos y herramientas.

El nuevo borrador supone notables retrocesos: desaparece la mención a una ley de fiscalidad, la prohibición de suministro de gasóleo, la tímida mención al teletrabajo en la Administración pública y las tarifas progresivas de gas natural al sector residencial.

Sabemos de las dificultades que una respuesta decidida y coherente frente al cambio climático supone, pero pedimos claridad y valentía política al Parlamento y al Gobierno para actuar en consecuencia a las declaraciones de emergencia emitidas.

Ante otras circunstancias, como por ejemplo en la gestión de la pandemia del covid-19, los distintos gobiernos y administraciones no han tenido problema en aplicar ciertas medidas. Necesitamos entender finalmente que la Emergencia Climática requiere también de medidas que puedan resultar impopulares pero que son necesarias.

Propuestas

Muchos movimientos sociales fuimos propositivos en el proceso de participación pública de junio de 2020. Nuestras propuestas sin embargo no fueron consideradas salvo en lo formal o meramente anecdótico.

1. Fiscalidad

La Ley Foral ignora la fiscalidad, una de las principales herramientas para promover la reducción de emisiones, incorporando el principio de "quien contamina paga y quien más tiene, más paga". Estableciendo impuestos progresivos para los combustibles fósiles, especialmente en automoción, el sector que más ha aumentado sus emisiones en Navarra desde 1990. Sin fiscalidad y sin garantizar una cantidad sustanciosa de los presupuestos generales, el fondo climático es una hucha vacía.

2. Los fondos públicos para el transporte público

Los planes de movilidad sostenible municipales son una herramienta adecuada para transitar a un reparto modal más sostenible, de tal manera que los fondos públicos sirvan para garantizar infraestructuras (para peatones, transporte público y bicis), accesibilidad, frecuencias y horarios a toda la población, pero la Ley Foral debe vincular los planes a alcanzar objetivos y exigir su implementación.

3. Agricultura ecológica, ganadería extensiva y alimentación saludable

El Plan de Fomento de la Producción Ecológica 2021-2030 debería establecer objetivos más ambiciosos, el 25% de superficie ecológica para 2030 es insuficiente. Además, el Plan de Compra Pública Verde debería establecer un plazo de 5 años para que todas las licitaciones de compra pública de alimentos sean de producción ecológica y cercana y reduzcan el consumo de carne.

4. El agua

La Ley Foral debería pronunciarse claramente por no ampliar la superficie de riego en Navarra y dedicar los recursos disponibles a mejorar los actuales regadíos. Un aumento de la superficie de riego va a generar servidumbres con unos escenarios con menor disponibilidad de agua, con lo que se incrementa la vulnerabilidad del territorio ante el cambio climático.

5. Urbanismo

Todas las nuevas urbanizaciones y los proyectos de reurbanización deberán incorporar medidas de renaturalización del espacio urbano y sistemas de drenaje sostenible. Además, todas las localidades de más de 2.000 habitantes deberán disponer de un sistema de huertos públicos en entorno urbano.

6. Renovables en el territorio urbanizado

Debe establecerse un plan para proyectos de entre 10 y 50 MW (marco de competencia foral), buscar los mecanismos que impulsen esa priorización y preservar el territorio de grandes instalaciones, estableciendo un pacto social que acuerde criterios y territorios susceptibles de instalaciones de renovables en suelo no urbanizable.

7. Educación ambiental

La ley recoge la elaboración de un plan de educación ambiental que no define ni plazos ni contenidos. Es necesario dotar al plan de potentes recursos de comunicación, formación y participación que catalicen la transición hacia modelos sostenibles de producción y hábitos de vida y consumo.

8. Igualdad de género

La perspectiva de género acompaña la ley en múltiples apartados de manera declarativa. Exige una representación equilibrada de hombres y mujeres en la Comisión de Cambio Climático y Transición Energética. Los informes de evaluación y seguimiento deben ser las herramientas adecuadas para valorar y reorientar las políticas climáticas desde la perspectiva de género.

Confiamos que estas aportaciones sean tenidas en cuenta y enriquezcan el debate en la sociedad y en el Parlamento para caminar hacia una sociedad descarbonizada, justa y sostenible.

Alianza por el Clima de Navarra (Attac Navarra, Extinction Rebellion Pamplona-Iruñea, CGT/LKN - NAFARROA, Greenpeace Pamplona-Iruñea, Accion Clima)

Navarra no es una excepción, entre 2016 y 2018 hemos aumentado un 5% nuestras emisiones y la temperatura media ha aumentado 0,23ºC por década

Es necesario dotar al plan de potentes recursos de comunicación, formación y participación que catalicen la transición hacia modelos sostenibles de producción