omos capaces de imaginar un mundo donde el derecho a la salud sea válido para todas las personas? ¿Dónde la sanidad ponga en el centro al paciente siempre?

Hoy quiero poner el foco en que todas y todos debemos ser atendidos y atendidas en igualdad y con garantías para nuestra salud física y mental. El primer nivel de atención para ello es la Atención Primaria en Salud (APS), el nivel asistencial.

A causa de la pandemia, hemos vivido una percepción de deterioro de la Atención Primaria, muchas veces motivado por algo tan sencillo como contestar a una llamada de teléfono. Miles de navarras y navarros han llamado por teléfono a su centro de salud sin recibir una repuesta u obteniendo una respuesta tardía.

En numerosos centros de salud se hacía lo que se podía, pero la covid-19 había generado una elevada carga asistencial, a ello en algunos casos habría que sumar falta de organización de Osasunbidea y/o la falta de medios técnicos. De hecho, la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Indurain, ya informó el pasado jueves 7 de abril, que en la encuesta de satisfacción realizada a la ciudadanía navarra en 2021, la satisfacción por la “accesibilidad” para contactar con los centros había descendido de 7,6 a 7,3 puntos.

Aunque, en general, la satisfacción con respecto al Sistema Sanitario Navarro ha obtenido una nota alta, un 8, hay áreas de mejora. Por poner un ejemplo respecto a los medios técnicos, cuando los compañeros y compañeras sanitarios llamamos a los centros de salud lo hacemos siguiendo la misma vía que cualquier usuario, a través de la centralita y con las mismas líneas telefónicas. Por ello, creo que sería conveniente valorar colocar líneas independientes para los sanitarios y así no colapsar el sistema. Cualquier pequeña mejora en el sistema es un avance que repercute al final en la calidad de la atención al paciente.

En medio de una pandemia, de un planeta contaminado, de un aumento de enfermedades como el cáncer, el asma y las cardiopatías, la OMS aprovechó este mismo mes la celebración del Día Mundial de la Salud 2022 para llamar la atención del mundo sobre las medidas urgentes que se necesitan para mantener la salud de los seres humanos y del planeta e incentivar un cambio para que las sociedades se preocupen del bienestar.

Aunque la pandemia de covid-19 ha mostrado la capacidad curativa y preventiva de la ciencia, también ha puesto de manifiesto las desigualdades de nuestro mundo. La pandemia ha evidenciado deficiencias en todos los ámbitos de la sociedad y ha hecho patente la necesidad urgente de forjar sociedades del bienestar sostenibles y comprometidas con la consecución de una salud equitativa. El planteamiento actual de la economía conduce a la distribución no equitativa de la renta y hay personas que siguen viviendo en situaciones de pobreza e inestabilidad. En el acceso a la salud, muchas veces ocurre lo mismo, la desigualdad se instala y el acceso a la salud y la atención del paciente no es la misma.

Yo no había nacido, pero en el año 1978 en la Conferencia de Alma-Ata la OMS ya declaró que el objetivo debía ser conseguir “Salud para todos/as en el 2000”, pues han pasado casi 44 años de esa declaración y 22 años desde la fecha que se marcaba como objetivo y todavía seguimos trabajando en ello.

Durante estos dos últimos años se ha demostrado lo difícil que es conseguir el objetivo de la “Salud para todos/as”, la pandemia y la invasión de Ucrania lo han puesto de manifiesto. Es evidente que en un conflicto armado la salud y el bienestar de la población quedan, por desgracia, relegados a un segundo plano. En este caso, hemos vivido los desabastecimientos de farmacias, desmantelamientos y bombardeos de hospitales y/o lugares de refugio de niños y niñas. Estamos viviendo la falta de seguridad sanitaria y vital de personas que precisan refugiarse de tal atroz injusticia. Desde la UE tenemos que seguir cuidando de estas personas.

Respecto a la salud mental, tras estos años de pandemia (y ahora el conflicto en las puertas de Europa), es muy posible que aumenten, más de lo que ya se van dando, las intervenciones de los compañeros y compañeras de salud mental respecto a problemas y patologías que se han visto agudizadas por este periodo tan convulso.

Por todo ello, es de vital importancia seguir aumentando los recursos en estos campos: la Accesibilidad, la Atención Primaria y la Salud Mental. En Navarra podemos hacerlo. Y recordar que la salud y el bienestar son un Derecho Humano Universal, y que como tal están recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El autor es enfermero, antropólogo y burukide de Salud de EAJ-PNV Nafarroa