Al vertedero no. A Ana. Ana Góngora. La alcadesísima. ¿Existe esta palabra? Debería.

Si has pasado estos últimos tiempos por Burlada quizás habrás visto un cartel a la entrada con el escudo del Ayuntamiento que dice: “Burlada, territorio de cuidados. Cuidar nos une”.

O igual no. La verdad no se ve tanto. Algunos carteles se colocan para no ser vistos. Cosas que pasan cuando en el fondo pasas de todo. Pero quizás sí que hayas oído que en Burlada últimamente están pasando cosas. La luna de miel política que la pandemia impuso ha terminado por levantar el velo de la gestión autoritaria de la vida municipal. Y resuena el eco de sus pasos. Pasos que pretenden desarmar todo lo construido desde hace años y que se empeñan en cancelar un futuro mejor para Burlada.

Los patronatos tienen los días contados. Espacio único de participación real del tejido asociativo del pueblo terminarán por disolverse en enero del año próximo. Para la derecha, su disolución siempre ha estado en su agenda. Para el PSN, desde el Alzorrizato también. Aunque lo hablaban sólo en la intimidad, ya se han quitado la careta. Una huelga y un ciclo de movilizaciones ejemplar por parte de los trabajadores y trabajadoras de los Patronatos de Cultura y Deportes trató de quitar la sordina que se quiso imponer al proceso desde arriba.

Otra huelga, larga, dura, intensa, solidaria y generosa hasta la extenuación ha puesto el estéreo a las movilizaciones de un pueblo que no se resigna a dejar de serlo. Las educadoras de las Escuelas Infantiles se sumaron a la convocatoria de la Plataforma 0-3 durante dos esforzados e imaginativos meses que han teñido de amarillo y de ternura nuestro paisaje.

Los cuidados. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Hoy ocupan la centralidad del debate político. Cuidadín con los cuidados Ana. Que te sacan los colores. Como el sol se los sacará a esos carteles invisibles. Ya se te vieron cuando estableciste unos servicios mínimos del 100% para las trabajadoras de la Escuela Municipal cercenando en la práctica su derecho legítimo a la huelga.

¿Qué es lo próximo? Ocuparse de su derecho a la legítima protesta. Que estas chicas meten mucha bulla. Aquí viene el truco de los trileros. Como protestan son unas indeseables. Bueno, dicho así no, a ver. Que se me entienda. Vamos a decir que no son deseables para anunciar el inicio de las fiestas. Así mejor, sí. Que la fiesta es bebercio y comercio. ¡¡Lololololo!! Y alguna misa también, que hay que alimentar el espíritu.

¿Entonces qué?, ¿que a pesar de las condiciones laborales que soportan las educadoras han desempeñado un trabajo ejemplar con nuestros hijos e hijas? ¿Que hacen malabares con clases de 16 niños y niñas con una sola educadora? Bueno, no será comparable a sentir el terrible peso de la representación popular burladesa por unos míseros 40.000 euros. ¿Que la candidatura de las educadoras había sido aprobada en el Patronato de Cultura para participar en la votación popular que la alcaldesa propone graciosamente para tirar el chupinazo? No nos pongamos tiquismiquis, oye. Resolución con nocturnidad de alcaldía sacándolas del proceso y listo. ¡Esto de la democracia engancha! Reivindicaciones en el chupinazo no, que nos joden el decorado. ¡Todo el mundo a sonreir, que son fiestas!

En mayo elecciones. A ver si somos capaces de encontrar otro camino que no nos lleve a Góngora y podamos desmontar su triste decorado. De verdad que lo necesitamos.

El autor es padre y usuario eternamente agradecido durante 5 años de la Escuela Infantil Municipal de Burlada Bizkarmendia