Somos padres y madres separados y tenemos un problema: después de llevar un mes de curso, a día de hoy seguimos sin tener solucionado el problema del transporte escolar de nuestros/as hijos e hijas.

Inician su formación académica en el Colegio Público Atakondoa de Irurtzun, centro al que se acude de diferentes valles: Arakil, Imoz, Iza … entre otros. A partir de 3º de la ESO deben desplazarse a Pamplona para finalizar la educación obligatoria. Dado el volumen de niños y niñas, existen varias líneas de autobús adscritas a este centro de origen.

El problema surge cuando los progenitores separados viven en poblaciones diferentes adscritas a líneas escolares no coincidentes. A estos niños y niñas solo se les reconoce su lugar de empadronamiento, por lo que “x” días a la semana o al mes no tienen garantizado su traslado a su centro de educación de referencia.

Legalmente, no se puede estar empadronado en dos domicilios (aunque en el caso de una separación el convenio regulador suele marcar que tengan dos residencias efectivas), por lo que solo están adscritos a la línea que se corresponde con su lugar de empadronamiento, dejando a la otra residencia sin cobertura. Por ello, entendemos que están siendo doblemente pagadores de una situación no elegida por ellos y ellas, dificultando la convivencia familiar y el cumplimiento del propio convenio regulador o el régimen de separación de sus progenitores.

No tenemos por qué pasar por la inseguridad que provoca la ausencia de plaza en el autobús, ya que debería de haberse solucionado la situación con anterioridad al inicio del curso escolar. Sobre todo, teniendo en cuenta que las matriculaciones se hacen en junio. Tampoco deberíamos haber tenido que solicitar una vacante, ya que entendemos que debería ser una plaza por derecho, y las plazas vacantes se asignan en octubre cuando el curso escolar empieza en septiembre, con la inseguridad e intranquilidad que eso supone.

Esta situación la estamos viviendo al menos 10 familias que tenemos a nuestros hijos e hijas matriculados en Biurdana, pero tenemos conocimiento de que en otros centros educativos que reciben alumnos/as de zonas rurales tienen la misma problemática, léase La Granja, Donibane e Iparralde.

No vamos a entrar en este artículo en la situación de desamparo en la que se encuentran los alumnos de Bachiller y grados medios, menores de 18 años a los que no se les asegura el acceso a sus centros educativos, tema sangrante para muchas familias y que tenemos que asumir y hacer malabares para conciliar vida laboral y familiar de la mejor manera posible, con las dificultades de transporte que se dan en el medio rural muchos/as de los/as jóvenes no tienen como llegar a sus casas.

¿Os parece esto un impulso al medio rural, dificultar el acceso a su formación educativa?

¿Os parece que esta situación favorece al alumnado a estar centrado y motivado en su etapa educativa?

¿Os parece justo que ellos y ellas tengan que pagar tan alto precio por su situación familiar?

Queremos una sociedad de jóvenes formados, ¿es ésta la vía?

¿Hay que esperar hasta octubre para tener una plaza de autobús cuando el curso empieza en septiembre?

Señor Gimeno, le emplazamos a que revise esta problemática y nos dé una solución real y factible al problema que aquí hemos planteado.

*Iratxe Urra Lasaga, Endika Etxeberria Ruiz, Iban Urbieta Echeverria, Yvette Filanc, Holaiz Etxeberria, Mikel Janices Zamboran, Susana Mendinueta Beriain