El pasado 27 de diciembre de 2023 se publicó en un periódico de la capital navarra un artículo de opinión firmado por Manuel Pulido titulado La política trumpista de Sánchez. A fuer de ser sincero, no me sorprendió mucho, después de haber leído algunos artículos de este señor en fechas anteriores. Ya sabemos de qué pie cojea.

Comienza su artículo con una frase, “por sus obras los conoceréis”. A continuación se refiere al presidente del Gobierno de forma despectiva como el inquilino de La Moncloa. Un presidente legal, legítimo y democrático; luego lo compara con Trump, ese individuo que alentó el asalto al Pentágono (perdón, Capitolio), el que pagó a prostitutas comprando su silencio, el rey de las demandas judiciales en su contra (fraudes fiscales, noticias falsas, incitación al odio, intento de alterar el resultado electoral, etcétera). Hasta se atreve a hacer un chiste malo con las palabras (pinocho por pinochot). Se le nota claramente su odio e inquina al presidente del Gobierno. Este señor, como buen abogado y doctor en derecho, también diría yo que es un gran manipulador. Voy a tratar de desmontar las cuatro grandes mentiras que dice y que yo calificaría de las cuatro grandes manipulaciones.

Primera manipulación. Pedro Sánchez nunca cuestionó los resultados electorales que obtuvo el Sr. Feijóo ni que fue el partido más votado. Lo que afirmó fue que con esos resultados del 23-J nunca podría gobernar, ya que solamente tenía a su lado a la ultraderecha de Vox y al dócil diputado de UPN. Por tanto, las elecciones las habían ganado los partidos progresistas junto con los nacionalistas vascos y catalanes; esto se demostró con la investidura de Pedro Sánchez al obtener, en primera votación una mayoría absoluta del Congreso de los Diputados (179 votos exactamente).

Segunda manipulación: Las promesas electorales creo también que se deberían cumplir, pero todas y por todos los partidos: ninguno lo hace, porque la política, las circunstancias y los resultados mandan y, en muchos casos, hay que hacer de la necesidad virtud. El Sr. Pulido menciona algunos ejemplos de Sánchez. Le refresco la memoria al Sr. Pulido con otros muchos ejemplos: el Sr. Feijóo prometió que no gobernaría con Vox y ahí tiene los gobiernos de Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja, Canarias, Extremadura…

Estaba también a favor de que gobernase la lista más votada y el PP se alió con Vox para que el PSOE no gobernase, por ejemplo, en Canarias, en los ayuntamientos de Valladolid, Burgos, Toledo y otros menos importantes; incluso el Sr. Feijóo intentó pactar su investidura con el PNV y con Junts, pero con la mochila de la ultraderecha a su lado, no pudo hacer nada. En cuanto a la amnistía, tal como se ha presentado en el Congreso, creo que es constitucional y así lo han manifestado muchos juristas y políticos. No obstante y en todo caso, será el Tribunal Constitucional el que diga la última palabra aunque, si sale aprobada, los de siempre no tardarán ni un minuto en intentar desacreditarlo. La amnistía de Suárez no perdonó los delitos tributarios. La del Sr. Montoro los bendijo.

Tercera manipulación. EH Bildu no son los herederos de Herri Batasuna. Son una coalición de partidos, la mayoría de los cuales lucharon contra ETA en los peores años de plomo (Izquierda Unida, Aralar, la antigua Eusko Alkartasuna). Hoy Bildu es un partido legal, legítimo y democrático que lucha por las conquistas sociales votando a favor de la reforma laboral, del salario mínimo, de la redistribución de la riqueza, del aumento de las pensiones, etcétera. Lo contrario que el PP y Vox, que siempre votan en contra de todas estas medidas que favorecen a la mayoría de ciudadanos de este país.

A propósito de los pactos con Bildu. El mismo día de la moción de censura en Pamplona, y que acarreó una tremebunda reacción de UPN contra el PSN (comedia macabra, traición a Pamplona, venta de la capital navarra a Bildu, como si fuera de sus propiedad), en la localidad navarra de Andosilla, UPN pactó con Bildu (¡con Bildu!) los presupuestos del Ayuntamiento de esa localidad. Más expresión de cinismo no cabe. Sin palabras.

Cuarta manipulación. No sé de dónde se saca el Sr. Pulido que el Gobierno está en guerra contra jueces y magistrados. Cuando desde los independentistas de Junts señalaron a varios jueces con nombres y apellidos en el Congreso, inmediatamente salió el Sr. Bolaños (ministro de Justicia) a defender a dichos magistrados, proclamando igualmente la independencia judicial, la separación de poderes y el total respeto a las decisiones judiciales. Le recordaría al Sr. Pulido, aunque lo sabe muy bien, que quien no respeta a la justicia es el Partido Popular, que lleva más de 5 años sin querer renovar el Consejo General del Poder Judicial únicamente porque su composición actual de mayoría muy conservadora y nombrados en 2011 (¡!) por el Gobierno de Mariano Rajoy cuando tenía mayoría absoluta no le conviene a sus intereses partidistas. ¿Se acuerda el Sr. Pulido de aquella frase de un alto dirigente popular que decía que controlarían el Tribunal Supremo por la puerta de atrás? No hay más preguntas, señoría.

Podríamos seguir con más manipulaciones, pero no quiero dejar de entretenerme, aunque sea telegráficamente, en algunas afirmaciones que este señor realiza al final de su artículo:

Medidas sociales. Son imprescindibles para la mayoría de la gente, sobre todo para los más desfavorecidos y vulnerables.

Impeachment. Habría que dar un golpe para echar a Sánchez y derogar el sanchismo, aparte de colgarlo por los pies como al dictador Mussolini o, aún mejor, golpearlo y quemarlo como a una cucaña, cosa que sucedió la Nochevieja frente a la sede de Ferraz. La teoría del odio promovida por los nazis de Vox, ¿Eh, Sr. Pulido?

Israel. El presidente Sánchez hizo lo que pensamos millones de españoles. Decirle al genocida de Netanyahu, después de condenar con toda rotundidad la acción terrorista de Hamás, que no se puede estar matando a miles de civiles palestinos y, sobre todo, a miles de niños con sus bombardeos indiscriminados y sin respetar lo más mínimo todas las leyes internacionales.

Finalmente, nuestro Estado Constitucional goza de muy buena salud y solo en alguna mente calenturienta tienen cabida esas cosas tan graves que el Sr. Pulido dice están sucediendo. Lo que pasa es que muchas veces hay quien confunde sus deseos con la realidad. Y eso, en cualquier profesión, pero, sobre todo en un abogado y doctor en derecho, no es cosa buena. Al revés que la Macarena.

El autor es exalcalde de Tudela