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Presupuestos Generales del Estado

Presupuestos Generales del EstadoARCHIVO

El Gobierno repite una y otra vez la mentira recogida por la mayoría de los medios de comunicación, sin hacer una mínima comprobación, de que el presupuesto militar no llega al 2% del PIB.

En primer lugar, sorprende que todos los años el presupuesto ejecutado es mucho mayor que el importe presupuestado. Para eso utiliza varios mecanismos contables: ampliación de créditos; créditos extraordinarios, trasferencia del presupuesto de contingencias, etcétera. En año 2023 el gasto aumentó el 19,14% de lo presupuestado para el Ministerio de Defensa (oficialmente de 12.800.000.000 a 15.250.000.000). Por la repetición año tras año y la elevada cantidad, hace sospechar que los presupuestos no se tengan que modificar por situaciones sobrevenidas o que estén mal elaborados por incompetencia, sino que intencionadamente se calculan en un importe inferior al real.

Este año en los consejos de ministros hasta septiembre ya se ha aumentado el compromiso de gasto en casi 15.000 millones.

Por otra parte, llama la atención que cada organismo internacional (Gobierno (12.800 millones), OTAN (18.045 millones), SIPRI (22.200 millones) publiquen cifras diferentes. Este hecho ya nos tiene que encender todas las alarmas por lo que representa de opacidad.

Es indignante que el Gobierno de España no siga los criterios que la OTAN establece para contabilizar el gasto militar de cada país. Por poner un par de ejemplos, al no incluir a la Guardia Civil o al no contabilizar las aportaciones a organismos militares internacionales (OTAN, Fondo para la Paz de la Unión Europea...) al incluirlos en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Más escandaloso es la financiación de las misiones militares en el exterior (16 en 2024) que no están correctamente presupuestadas y todos los años se debe utilizar los Fondos de Contingencia.

En lo que va de año, en los Consejos de Ministros del 9 de abril, 25 de junio y 29 de julio se han aprobado gastos por un valor de 1.385.639.900 euros que se contabilizan en el presupuesto del Ministerio de Hacienda. Difícil de creer que sea producto de un error que se repite todos los años.

Según grupos pacifistas, se pueden encontrar partidas en 15 ministerios que sirven a intereses militares o a la industria militar.

Por otra parte, a los contables de la OTAN se les olvida que una parte de la grandísima deuda pública ha sido generada por el entramado militar. Por eso, desde posiciones no militaristas consideramos que hay que contabilizar como gasto militar la parte proporcional de los intereses del pago de la deuda pública generada por el endeudamiento militar.

El Tribunal Constitucional el 7 de julio de 2016 prohibió utilizar los créditos extraordinarios y suplementos de crédito para pagar los Programas Especiales de Armamento que se habían utilizando desde 2012 a 2015. ¿Hay que esperar a otra sentencia judicial para que el gobierno no haga trampas en el presupuesto?

Es obligación del gobierno decir la verdad, confesar el gasto real, de igual manera, es obligación de los partidos políticos de la oposición destapar los engaños y denunciar la propagación de bulos.

Por otro lado, ningún alto mando del ejército español ni de la OTAN puede explicar cómo han calculado que hay que malgastar el 2% de PIB en el entramado militar y no otro porcentaje para compensar la previsible reducción de la aportación de los EEUU.

Aunque para justificar el aumento del gasto militar en el Estado español y en toda Europa los medios de comunicación nos bombardean con la amenaza de Rusia o de China, no podemos olvidar que la recomendación (que no obligación) tiene su origen bastante antes de la anexión de Crimea a Rusia en el año 2014. En la reunión de los ministros de Defensa de los miembros de la OTAN en el año 2006 ya salió la propuesta de aumentar el gasto hasta el 2% del PIB.

Por otra parte, una partida importante del presupuesto militar va dirigido a potenciar la industria militar. En este sentido cabe destacar el gasto en los Programas Especiales de Armamento (en el año 2023 ascendió a 4.900 millones). Con el mismo objetivo hay varias partidas en diversos ministerios: Industria, Transición Ecológica, Economía...

Aparte de los Presupuestos Generales del Estado, no podemos olvidar el dinero del Fondo Europeo de Defensa (un fondo de 8.000 millones para gastar de 2021 a 2027) para comprar armas a empresas europeas.

Si todo lo anterior ya es preocupante, hay que añadir que en el mes de mayo el Banco Europeo de Inversión ha modificado sus objetivos y normativa para que pueda financiar proyectos de la industria militar. Estos fondos no van dirigidos sólo para las industrias exclusivamente militares sino también para que las civiles diversifiquen su investigación y elaboren productos que también lo puedan usar los militares. La potenciación de los intereses militaristas y su expansión, como un cáncer maligno, en centros de investigación, universidades y empresas de cualquier tamaño y sector merece otro artículo. Sin olvidarnos de la puertas giratorias entre los mandos militares y las industrias militares, puertas giratorias, que no por ser menos conocidas, son menos usadas que la de los políticos.

Para no alargar el artículo, vamos a recordar que el gasto militar: no aumenta la seguridad de los Estados, reduce el presupuesto para el desarrollo social e industrial de la sociedad, impide explorar mecanismos para resolver los conflictos de una forma no violenta y provoca una carrera de armamentos que no tiene fin.

*Plataforma contra las Guerras / Gerrarik Ez