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Tribuna

La DANA, un punto de inflexión

La DANA, un punto de inflexiónEFE / EP

Desde hace un tiempo vivimos en un clima de polarización política excesiva, propiciado por el giro a la ultraderecha del Partido Popular a raíz de su frustración de no poder acceder al Gobierno del Estado pese haber ganado las elecciones legislativas del pasado 23 de julio del 2023, por no tener el suficiente respaldo parlamentario. Recordar aquí las manifestaciones del pasado año frente a la sede socialista de Ferraz en Madrid. Recordar también las negativas de los populares a subir el salario mínimo, a crear el ingreso vital o oponerse a la revalorización de las pensiones con el IPC. Su líder, el Sr. Feijóo parece Andrei Gromiko, exministro de Exteriores de la extinta URSS, conocido en la ONU como Míster Niet. (No). Esta negativa constante del Partido Popular a colaborar con el Gobierno forma parte de una estrategia de asedio permanente que no se atiene a los intereses del Estado ni a la veracidad de las acusaciones (caso Begoña Gómez); todo vale para derrocar al Gobierno, y este episodio de la DANA, también. La oposición tiene que plantear alternativas de gobierno y no practicar una política filibustera. Y en este clima de crispación política general, caracterizado por la falta de moderación y ausencia de diálogo –recordamos aquí las acusaciones de traidor, felón y déspota, vertidas contra el presidente Sánchez en el pasado–, se produce el déficit de coordinación entre las autoridades autonómicas y estatales en los primeros días, cuando la Generalitat Valenciana estaba en shock superada por los acontecimientos. Ha quedado claro y cristalino que al inicio de la DANA se produce una deficiencia clara, cuando no una negligencia, por parte de las autoridades valencianas –Carlos Mazón y su ausencia durante cuatro horas en el día D–, al no prevenir convenientemente a la población y luego no solicitar al Gobierno central los medios con la celeridad ni con la envergadura necesaria.

Mientras al día siguiente los presidentes, Pedro Sánchez y Carlos Mazón mantuvieron un tono de cooperación institucional, el Sr. Feijóo optó por un discurso crítico hacia la gestión del Gobierno. Es en las grandes ocasiones cuando las personas se retratan, y en esta vemos que el líder del PP peca de arribista, de deslealtad institucional con el Gobierno y también de irresponsabilidad al señalar sin pruebas a la Agencia Estatal de Meteorología como responsable del aviso tardío a la población con el propósito de exculpar al líder valenciano, derivando la responsabilidad al Gobierno de Sánchez, añadiendo más confusión y malestar al ya existente entre los afectados por estas inundaciones. Actitud muy distinta la del presidente del Gobierno, que lejos de señalar a los responsables autonómicos, se puso a disposición del presidente Mazón para remitir toda la ayuda que precisara. Desde el exterior también se han percatado de las maniobras del líder popular, así Eoghan Gilmartin, periodista freelance que trabaja para medios como Tribune Magazine y The Guardian publicó un demoledor tuit sobre el líder del Partido Popular (PP). “El PP practica juegos políticos cínicos para intentar desviar la incompetencia del presidente regional Carlos Mazón”.

Otra perla más del líder de la oposición y del Partido Popular al declarar que la respuesta del Estado ante semejante tragedia fue la de un estado fallido, coincidiendo una vez más con posicionamientos propios de Vox y sus adláteres. Una vez más tira la piedra y esconde la mano, y unos días más tarde, el domingo día 3 de noviembre, se suceden los acontecimientos de acoso al presidente Sánchez y a los reyes en Paiporta. Una imagen penosa, una visita real inoportuna, parece ser que con el fin de la promoción real. Esta vez sí, el Sr. Feijóo estuvo más templado, a la altura de un líder de la oposición, condenando estos hechos como también los condenó la alcaldesa de la localidad, Maribel Albalat, declarando: “Entiendo la desesperación, pero no comparto la violencia”.

Otro capítulo aparte es la responsabilidad o irresponsabilidad de los medios de comunicación como servicios públicos al informar sobre este trágico suceso de la DANA. A destacar las visiones totalmente opuestas de las televisiones Antena 3 y la Sexta sobre este tema, una políticamente muy tendenciosa y la otra bastante más asertiva y neutra; rara avis sabiendo que ambas cadenas son propietarias del mismo grupo empresarial Atresmedia. Así nos hemos cansado de escuchar en una de esas cadenas de televisión que el pueblo salva al pueblo, discurso antipolítico y disruptivo que envía el mensaje de la futilidad de los políticos y muy en sintonía con postulados trumpistas y de negación del Estado, olvidando el papel de los equipos de rescate desde el primer momento. Por todo ello hay que resaltar más que nunca que el estado sí funcionó, en su primer nivel, la Administración Local, la más cercana al ciudadano, en muchos pueblos de la zona afectada. Así al menos doce alcaldes de otras tantas localidades como Utiel, Requena, Torrens, Algemesí y Picassent entre otras, o la Universidad Pública de Valencia, todos ellos se tomaron en serio la alerta roja de Aemet adoptando las medidas oportunas, como la suspensión de las clases, logrando con ello salvar muchas vidas.

También en este episodio tan doloroso hemos visto la proliferación de abundantes bulos o noticias falsas en la redes sociales, como que había cientos de cadáveres en el aparcamiento del centro comercial de Bonaire, o el bulo difundido por la extrema derecha de que el Gobierno había dinamitado hace tiempo las presas cerca de Valencia y ello habría favorecido estas riadas. El ciudadano tiene que estar proactivo y agudizar su sentido crítico en cuanto a la información que recibe, atento en dónde se informa y comprobar la veracidad de las fuentes, algunas de ellas muy tóxicas como X, antigua Twitter, de la cual ya han desertado periódicos de prestigio como La Vanguardia o The Guardian.

Y por último la importancia de la cultura de la prevención, si hay alerta roja uno no puede hacer una vida normal si su vida corre grave peligro por problemas de derivados de esa alarma. Los poderes públicos, especialmente los que tienen responsabilidades de protección civil, deben caminar de la mano de los científicos para preservar la vida de los ciudadanos ante este tipo de alertas, sanitarias o meteorológicas. Las personas han de ser la prioridad, también para las empresas privadas. Todos los ciudadanos hemos de ser conscientes de que los fenómenos meteorológicos extremos están siendo y serán más intensos y frecuentes en el futuro debido al cambio climático.