La próxima gran inversión de Navarra
El repliegue económico de Estados Unidos y el declive de Europa harán más difícil la captación de inversiones exteriores en los próximos años
En Navarra preocupan evidentemente los actuales casos de crisis, como hubo tantos otros en el pasado, pero hoy disfrutamos del mayor nivel de empleo industrial, empleo total, PIB, depósitos bancarios, etcétera, de la historia y el mayor nivel de bienestar de España.
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Tenemos además al alcance una de las mayores inversiones industriales de nuestra historia.
Más de 500 millones de euros están a la espera de una autorización final para crear una gran mina de potasa en la zona de Sangüesa-Undués que proporcionará muchas décadas de abundante empleo en Sangüesa y su comarca y una fuerte demanda de bienes de inversión y servicios de transporte, mantenimiento, etcétera.
Geoalcali va a ser una mina modelo con reintroducción de los residuos en el subsuelo que ayudará a paliar el déficit europeo de este producto fundamental para la agricultura. Su creación de empleo directo e indirecto supera el potencial efecto negativo de las actuales crisis empresariales que nos afectan. Su actividad es de alto nivel de salarios y su nivel de respeto al medioambiente es óptimo, además de situarse en una zona que sufre despoblación a ambos lados de la muga.
"Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando se tiene la suerte de que aparezcan"
El apoyo al proyecto de los gobiernos de Navarra, Aragón y España ha sido total abocando a la concesión de permisos por su parte y que necesitan de un último trámite que resuelva con una única autorización en lugar de tres el paso final necesario.
El repliegue económico de Estados Unidos y el declive de Europa harán más difícil la captación de inversiones exteriores en los próximos años. Por ello, la puesta en marcha de la mina Muga de Geoalcali en los próximos meses es sumamente oportuna a corto plazo y un fenomenal y estable refuerzo y diversificación de la economía de Navarra.
El proyecto durará muchas décadas previsiblemente dada la amplitud geográfica de los depósitos ya localizados tanto en Navarra como en Aragón. La profundidad no es excesiva, los puertos de embarque están próximos y el mundo en general y Europa en particular necesitan potasa para la alimentación de una población que alcanzará los 10.000 millones de habitantes. La demanda está asegurada.
Los Gobiernos de Navarra y España deben rematar, y estoy seguro de que así lo harán, su apoyo al proyecto con un último y urgente paso para que Navarra pueda disfrutar de la extraordinaria inversión empresarial que tenemos a las puertas.
Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando se tiene la suerte de que aparezcan. Esta supone la inversión de más de 500 millones de euros y la creación de 800 puestos de trabajo. Es un deber de todos colaborar para que llegue a buen puerto.
El autor es economista y miembro del Consejo de Administración de Geoalcali, SA