España y Portugal están tirando ahora de la economía del euro. Entre las dos economías ibéricas apenas suman el 13% de todo el PIB de la eurozona, sin embargo, ambos países representan el 50% de todo el crecimiento del euro en el último trimestre. Es más, si se extrae a la Península Ibérica de la ecuación, el crecimiento trimestral de la zona euro en el último trimestre habría sido negativo y el interanual habría caído a la mitad. Los dos países ibéricos han sido los que más han crecido en términos trimestrales: España se expandió un 0,8% y Portugal un 1,5%. En términos interanuales, la economía de la eurozona creció un 0,7% en 2024, mientras que España creció cinco veces más (un 3,5 %) y Portugal casi cuatro veces más (un 2,7%). Ambos países están en pleno ciclo expansivo de sus economías, con creación de empleo y disfrutando de las nuevas preferencias globales de consumo que priman los servicios que producen en masa tanto España como Portugal. Buena prueba de ello es la tasa de paro, que en ambas economías muestra una clara tendencia a la baja. Esto quiere decir que la Península Ibérica está creciendo a un ritmo suficiente como para absorber grandes cantidades de trabajadores. En el caso de Portugal, la tasa de paro es del 6,4%, mientras que en España se sitúa en el 10,61%, una tasa que parece elevada, pero que para los estándares españoles está muy por debajo de la tasa de paro no inflacionaria.
En la otra cara de la moneda están las dos grandes potencias históricas de Europa: Alemania y Francia. La primera, que supone un 29,3% del PIB de la eurozona, registró una contracción del 0,2% en el último cuarto de 2024 y Francia, que representa un 21,5% de la ‘tarta’, firmó una contracción del 0,1%. Si en Berlín la cascada de titulares pasa por el derrumbe de la industria, la crisis del modelo exportador y la falta de inversiones, en París, la inestabilidad política y el abismo fiscal empiezan a borrar el espejismo de los Juegos Olímpicos del pasado verano. Italia, que representa el 14,3% del PIB de la eurozona, se quedó en un 0% de avance del PIB en el último trimestre de 2024.
Analizando las causas de este destacado crecimiento en España y Portugal, se aprecia que ambas economías están orientadas a los servicios y, por lo tanto, están menos expuestas a la debilidad actual de la industria manufacturera en el resto de la eurozona. Además, ambos países tienen grandes sectores turísticos y fueron importantes beneficiarios del repunte pospandémico de los viajes internacionales. Los flujos migratorios netos también han aumentado, lo que ha impulsado un sólido crecimiento demográfico. Por último, el mercado energético común ibérico, con su gran participación en energías renovables y su menor dependencia del gas ruso, mitigó el aumento de los costos de la energía. La llamada excepción ibérica también ayudó durante el pico de la crisis energética.
La pregunta que surge es si ese impulso ibérico se mantendrá en el tiempo. “Prevemos que 2025 será otro año fuerte para las economías española y portuguesa, consolidando la posición de Iberia como un claro actor destacado dentro de una economía de la eurozona en dificultades”, pronostican desde Oxford Economics en un reciente informe. En esta consultora británica (una de las más importantes del mundo) estiman que la renta disponible de los hogares españoles aumentó un 5% en 2024 en términos reales. El crecimiento de la renta en Portugal fue del 7%. Además, un gran fondo de ahorro, la mejora de la confianza y la caída de los tipos de interés respaldarán las perspectivas de los consumidores en ambos lados de la Península Ibérica. El hecho de que un crecimiento mundial modesto limite las perspectivas para las exportaciones hará que el gasto de consumo y la inversión sigan siendo los principales motores del crecimiento en Portugal, al tiempo que el crecimiento español también se centrará más en el ámbito interno.
Es previsible que España y Portugal sigan creciendo por encima de la media de la eurozona en los próximos años. Desde la gestora de activos AXA IM señalaban recientemente que “es probable que España siga registrando unos resultados estelares en 2025”, no obstante, parece poco probable que los ibéricos logren mantener unas tasas de crecimiento tan elevadas como las actuales durante un largo periodo de tiempo. Pero la UE es como un pelotón de ciclistas formado por 27 equipos, un pelotón que se desplaza como una unidad integrada, como los pájaros volando en formación. Mientras que los corredores que se encuentran en la parte delantera están expuestos a la resistencia del viento, los que se encuentran en el centro van protegidos por los ciclistas que los preceden, por ello los primeros no permanecen mucho tiempo allí y suelen relevarse en esa posición. Unas veces un grupo se pone en cabeza y tira del pelotón, y otras veces lo hacen otros, en unos relevos coordinados. Alemania, Francia e Italia, cuando se recuperen, volverán a la cabeza de ese pelotón de países que es la UE, que avanza hacia una meta que no es otra que conseguir el bienestar y la prosperidad de sus 350 millones de ciudadanos.
El autor es economista