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La carta del día

¿Cuántos cambios debemos soportar las familias en la educación pública?

¿Cuántos cambios debemos soportar las familias en la educación pública?Javier Bergasa

Estimado consejero de Educación y profesionales de los distintos negociados del servicio de inclusión del Departamento de Educación de Navarra:

las familias del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) del modelo D de Sarriguren solicitamos que reflexionen y excluyan al centro Joakin Lizarraga IP de la aplicación de la modificación del programa PAI (OF 57/2024). 

Una vez más, nos enfrentamos a un cambio que afecta directamente la escolarización de nuestras hijas e hijos, esta vez de la mano de la orden foral del programa de aprendizaje en lenguas extranjeras.

Aún estamos asimilando el cambio de jornada escolar y los recortes, sutiles, pero constantes, en la dotación de recursos de especialistas de apoyo educativo y docentes de atención a la diversidad que sufrimos curso tras curso. Ahora, nos preguntamos: ¿a quién beneficia realmente la modificación de la Orden Foral PAI?

Consideramos que esta reforma es segregadora y perjudica tanto al euskera como a los alumnos con dificultades de aprendizaje y necesidades educativas especiales. Al imponer una asignatura curricular en inglés sin garantizar medidas de apoyo adecuadas, se excluye a este alumnado y se les obliga a recibir una adaptación lingüística que no resuelve el problema de fondo. A nuestro juicio, esto atenta contra la inclusión educativa, a pesar de que la normativa incluye un capítulo dedicado a la atención a la diversidad.

Desde el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra se insiste en la buena salud del sistema educativo, destacando los índices de escolarización del alumnado con NEAE como indicadores eficientes para mostrar una realidad objetiva y determinar los recursos necesarios. Sin embargo, esta orden foral es un ejemplo más de una estandarización de criterios que no atiende a las particularidades y necesidades de cada centro: el modelo lingüístico, los programas de aprendizaje, el contexto escolar, familiar o la interinidad del personal docente, entre otros factores.

Por todo ello, exigimos que esta orden foral no se aplique a nuestro centro, ya que va en contra de nuestro modelo lingüístico, no garantiza una educación inclusiva ni equitativa, y carece de justificación pedagógica. Nuestras hijas e hijos con NEAE no están en las aulas ordinarias solo para alimentar índices estadísticos, sino para recibir una educación que realmente atienda sus necesidades.

En representación de las familias de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo del colegio público Joakin Lizarraga de Sarriguren