Recientemente el Ayuntamiento de Pamplona, con buen criterio, ha decidido prohibir la circulación en el tramo de la calle Irunlarrea en la zona donde están situados el Hospital Universitario de Navarra y la Clínica Universidad de Navarra, para amabilizar la zona sanitaria. Se permitirá el paso del transporte urbano y de las necesidades hospitalarias.

Esta excelente noticia, de eliminar el abundante tráfico actual de paso y relajar en lo posible la ansiedad de los enfermos atendidos en la zona, abre la puerta a incidir que la ciudad sea consciente de la importancia que supone este núcleo sanitario para Pamplona.

En una misma área de la ciudad hay una destacada acumulación de servicios sanitarios que pocas ciudades poseen. El público Hospital Universitario de Navarra y la privada Clínica Universidad de Navarra crean el principal polo de empleo de Navarra. Se incluye en la misma zona dos Facultades de Salud, pública y privada, con estudios de medicina y enfermería, un centro de Formación Profesional público de especialidades sanitarias, un centro público de atención de especialidades y dos prestigiosos centros de investigación el privado CIMA y el público Navarrabiomed.

Todo ello conlleva un entorno de más de 12.000 trabajadores. Cerca de 4.000 en la Clínica Universidad de Navarra y superando los 6.000 el Hospital Universitario de Navarra. Añadiendo unos 2.000 en los centros anexos antes citados.

Es un buen momento, dada la inestabilidad de la industria pamplonesa, para que las instituciones públicas locales y regionales tengan la visión de que el futuro de la ciudad puede apoyarse en las atenciones sanitarias como foco de empleo de nuestra ciudad.

La Clínica Universidad de Navarra posee una excelente imagen que atrae enfermos de toda España e incluso de otros países y el Hospital público tiene unos estándares de alta calidad reconocido, incluso, a nivel internacional.

Esta atracción de buena imagen sanitaria contribuye a que en el entorno sanitario florezcan empresas hoteleras, de alojamiento y de restauración para la atención a los familiares de los enfermos que añade cientos de empleos a los ya citados sanitarios.

Por todo ello las administraciones públicas deberían ser conscientes y movilizar los medios adecuados para apoyar una mejora constante de esta ciudad sanitaria.

Es evidente que hay necesidades que a primera vista necesitan atender como por ejemplo que el Hospital Universitario de Navarra necesita nuevos edificios que adecuen la asistencia a las necesitades actuales con habitaciones individuales o una unión de los edificios actuales de forma más funcional.

Asimismo es necesario eliminar esa imagen de aparcamiento en superficie y sustituirlo por una zona ajardinada que relaje a los enfermos, construyendo aparcamientos subterráneos. Debe mantenerse el excelente servicio de transporte público existente y mejorarlo si es posible con paradas que faciliten lo más posible la atención a personas con dificultades de movilidad.

Debemos ser conscientes de que tenemos un excelente punto de partida para conseguir una Pamplona Ciudad Sanitaria que sea un referente en materia de salud especializada a todos los niveles.