Esta pregunta le hacía Cicerón en el Senado romano al emperador Catilina sobre el hartazgo que tenía el pueblo romano de sus conspiraciones. ¿Hasta cuándo? Después de seis años de pelea porque nuestros casos no siguieran silenciados y sin reparación, aún tenemos que continuar. Seguir luchando contra esta lacra que consideramos un delito de consecuencias irreparables.
Queremos seguir alertando a la sociedad de que, aunque los casos en los centros religiosos son menos que hace sesenta años, siguen existiendo. Debemos seguir insistiendo en que la educación sexual es imprescindible en este magma de redes sociales y pornografía que amenaza a nuestra infancia. Pero ¿quosque tandem?, ¿hasta cuándo tendremos que justificar por qué denunciamos y apoyamos a quien quiera hacerlo?
Tuvimos que soportar acusaciones infundadas de odio a la Iglesia por parte de la jerarquía eclesiástica navarra anterior y de la CEE, Conferencia Episcopal Española. Los escuchamos defenderse negando que fuese frecuente la pederastia entre sus miembros. No eran “cuatro manzanas podridas” como decía don Ricardo Blázquez, presidente de la CEE. Cuando se presentó el informe del Defensor del Pueblo al Parlamento que se lo había encargado, la CEE lo tachó de exagerado. Nosotros dijimos que eran pocos 440.000 abusados en la infancia.
En Francia, un país laico y en un estudio encargado por la propia iglesia francesa, se reconocían 330.000 víctimas, aquí en pleno nacional catolicismo franquista, podían ser muchos más que los dados en el párrafo anterior. Supongo que la presión en la propia Conferencia Episcopal por parte de algunos de sus miembros obligó a su presidencia a mover ficha.
No es necesario volver a recordar el fiasco que supuso el estudio encargado al bufete Cremades Calvo Sotelo. Pagado, desvalorizado por la propia CEE y ahora denunciado por revelación de identidades por parte de abusados.
Después los episcopados arguyeron los abusos en otros ámbitos, familia y deporte, para no ser requeridos a afrontar la reparación e indemnización a las víctimas de pederastia eclesial.
Siempre dijimos que, si te atribuyes ser la referencia moral de la sociedad, debes ser el primero en asumir la responsabilidad sin escudarte en que otros lo hacen. ¿Quosque tándem? ¿Hasta cuándo la Iglesia española iba a sostener su postura?
Las presiones internas de algunos purpurados, del propio Papa Francisco, de muchos colectivos católicos y de la propia sociedad les obligaron a dar el primer paso. Crearon el pretencioso programa PRIVA, Plan de Reparación Integral de Víctimas de Abusos. Dicho sea de paso, le falta una S mayúscula que cualquier lector sabrá a qué corresponde. ¿Quosque tándem? ¿Hasta cuándo tendrá que sostener nuestra asociación Avipiren, Asociación de Víctimas de Pederastia en Instituciones Religiosas en Navarra, que no queremos que el Estado contribuya a nuestra reparación e indemnización? La Iglesia tiene fondos suficientes para responder a su responsabilidad exclusiva en la que el Estado no tuvo culpa ninguna ni tampoco debe actuar como responsable civil subsidiario.
El ministro Bolaños, con la que le está cayendo a su gobierno, se va a Roma de visita al nuevo papa León XIV para crear el fondo Iglesia- Estado. Veremos. Lo publicado dice lo siguiente: “La pretensión es que se cuente con las propias víctimas para que tengan procesos seguros y respetuosos y se puedan decretar compensaciones obligatorias a cargo de la propia Iglesia”. Amén, así sea. La última frase es nuestro deseo, pero hasta ahora nos hemos sentido muy solos en la defensa de ese objetivo. Es por ello por lo que, a pesar de las críticas de algún medio y de algunas asociaciones, Avipiren, consecuentemente con que la Iglesia sea la única pagana, emprendimos ese camino para que sea quien pague.
Presentamos nuestros expedientes a la Comisión PRIVA a través del nuevo arzobispo de Pamplona-Tudela, don Florencio Roselló.
Con algunos retrasos se van estudiando nuestros casos, de los nueve presentados por nuestra asociación, cinco han sido resueltos, los correspondientes a Reparadores de Puente la Reina, Salesianos de Pamplona y el que atañía al propio arzobispado. Las indemnizaciones fijadas no contentan a todos, pero, a unos cuantos les sirve para cerrar un duro capítulo de su vida. Ya sabemos que el dinero no garantiza la felicidad, mucho menos quita el dolor encapsulado. Para nosotros supone el verdadero reconocimiento del delito y da credibilidad a la petición de perdón. Ahora bien… ¿Quosque tándem? ¿Hasta cuándo tendremos que esperar los cuatro restantes?
Corresponden estos casos a los Hermanos Maristas de Pamplona y fueron presentados juntamente con los demás. Llama la atención que sea esta congregación la única que aún no haya movido ficha.
Sabemos con certeza que un caso fue tratado hace más de dos meses, los otros tres a comienzos de este mes. ¿Qué pasa? Hasta ahora desde la comunicación de la Comisión PRIVA hasta la propuesta de indemnización hecha por la congregación imputada no pasaba más de una semana. ¿Tendremos que acudir a las puertas del colegio en Sarriguren a demandar el cumplimiento de su penitencia?
No jueguen, ya saben que no nos hemos rendido en seis años y menos lo haremos ahora. No queremos terminar sin agradecer al Gobierno de Navarra y a su Parlamento la decisión de eximir de la declaración de IRPF las indemnizaciones recibidas. Después del reconocimiento como víctimas y el pago de la atención psicológica a quien lo necesitara, esta decisión cierra un ciclo que nunca agradeceremos suficientemente.
En nombre de Avipiren, Asociación de Víctimas de Pederastia en Instituciones Religiosas de Navarra