pamplona. La decadencia que está viviendo el conjunto maño no se refleja solo en la clasificación, donde el equipo ocupa la última posición a nueve puntos de la salvación. Los cambios en el banquillo y la mala confección de la plantilla, los problemas económicos y sobre todo, la crisis institucional que asola al club han llevado a los zaragocistas a vivir el peor momento de su dilatada historia (el domingo se cumplen 80 años de su nacimiento) y con la perspectiva de una deuda que puede llevar a su desaparición.
Para todos en Aragón el presidente de la entidad zaragocista, Agapito Iglesias, es el principal responsable de todos los males y el centro de las críticas, como cada día de partido se pone de manifiesto en La Romareda. Lo curioso de la situación es que desde hace semanas uno de los cánticos más repetidos por la afición maña le pide al presidente de su club que compre a Osasuna con el ánimo de que pudiera actuar de la misma forma (la idea no sería descartable si no fuera por que el club navarro es una sociedad deportiva y no una sociedad anónima).
Al margen de las ocurrencias de la afición del Real Zaragoza, el equipo maño sabe que contra Osasuna va a disponer de una de las últimas opciones para salvar la categoría.
Será por eso que el entrenador, Manolo Jiménez, decidió ayer probar, en la primera sesión de trabajo semanal, con los hombres que podrían saltar de inicio al césped de La Romareda para enfrentarse al conjunto navarro. En un principio el técnico andaluz puso en juego en el previsible once titular a Roberto; Pablo Alvarez, Mateos, Paredes, Obradovic; Pinter, Dujmovic; Luis García, Lafita, Abraham; y Aranda.
Por lo visto en el entrenamiento, parece claro que Manolo Jiménez no podrá contar con el sancionado Lanzaro y tras los últimos flojos partidos del paraguayo Da Silva parece que perderá su puesto en favor de Mateos en el eje de la defensa. Apoño es otro de los jugadores que bien podría entrar en el once inicial.