PAMPLONA. Mateo ha reconocido que no ha sido el mejor partido, pero que lo que querían se ha dado: “Hemos hecho partidos mejores, pero hoy había que ganar. El equipo lo ha entendido por el espíritu y el coraje que ha puesto. Hoy hemos competido bien, hemos tenido el suficiente amor propio para querer ganar incluso en los momentos en los que el rival ha sido mejor que nosotros”.

Restan siete finales: “Los jugadores saben que de aquí al final los partidos van a ser así; de esta intensidad y de esta tensión. Esta victoria cambia la situación porque le va a dar al equipo esa confianza y esa seguridad en lo que estamos haciendo. Quedan siete finales y mucho trabajo”.

Por último, ha asegurado sentirse con muchas fuerzas: “Estoy bien, incluso sorprendido por la fortaleza para afrontar la situación. A los jugadores les he dado la enhorabuena porque es un premio a su constancia y al trabajo” .