pamplona - Entre alguna de las cuestiones realmente retorcidas y kafkianas que cuenta Ángel Vizcay existe un episodio -de los que más empaque posee para que al final prospere una acusación por haber amañado presuntamente partidos de fútbol- que no es otro que el empate a uno en Cornellá entre Espanyol y Osasuna en la penúltima jornada de la temporada 2013-14, en el que cada vez Vizcay cuenta una versión más novedosa. Entre las palabras que dice el exgerente hay que distinguir entre los hechos en los que participó, aquellos que presenció como testigo, otros de los que es conocedor de forma directa y algunos, como este último, en los que resulta que se entera de las cosas por terceras personas. Vizcay afirmó ayer en sede judicial que el empate con el Espanyol se había fraguado por la tarde después de una reunión de Txuma Peralta con un técnico del Espanyol en el hotel Constanza de Barcelona. De allí, tras supuestamente estar hablado todo, se dirigieron, siempre según Vizcay, al hotel NH de Cornellá, donde se alojaba la plantilla de Osasuna, y se hizo entrega del dinero “en el pasillo del hotel”. Una cosa inaudita.

A 100 METROS Y SE LO CUENTAN Luego, y siguiendo con el nuevo relato de Vizcay, resulta que el exgerente dice haber visto salir del hotel a Puñal y Damiá a reunirse con dos jugadores del Espanyol, Sergio García y otro futbolista, en un coche en el párking del establecimiento hotelero. Sin embargo, resulta que Vizcay precisó (por usar un verbo) que había visto a los dos jugadores rojillos salir por el vestíbulo del hotel, que los había observado desde unos 100 metros, y que luego él no llegó a ver realmente a los futbolistas del equipo catalán, pero que fueron los responsables de prensa de Osasuna los que le dijeron que se habían reunido en un coche. Sin embargo, los responsables de comunicación nunca han mencionado que esa situación se produjera, ni que vieran a futbolista alguno del Espanyol. - E.C.