pamplona - Tampoco en la última jornada de la primera vuelta, en otro encuentro en El Sadar, Osasuna fue capaz de sumar una victoria en casa. Con serias dificultades que superar enfrente, el equipo rojillo no consiguió escalar la montaña de dificultades que representa este Sevilla arrollador de Sampaoli ni tampoco vadear la errática actuación del árbitro, que se inmiscuyó en el resultado con alguna decisión poco acertada. Al equipo de Vasiljevic, de nuevo valeroso pese a que se tambalea en cuanto se le aprieta en torno a su portería, el Sevilla le organizó una remontada incontestable en un segundo tiempo de locura, en el que se firmaron cinco goles y en donde los rojillos sintieron también la losa de la clasificación.
Osasuna sufrió los rigores que atenazan a los de los últimos vagones, se le acumularon las adversidades en forma de errores propios -marcar tres goles en casa y perder es para reflexionar- y del árbitro, y la pegada incontenible del Sevilla hizo el resto.
Osasuna, que termina último en la primera vuelta y con una renta de puntos minúscula en el casillero, acabó dolido y contrariado tanto por los modos de la derrota como por la apariencia que trasciende al marcador, que le señala como un equipo casi sentenciado, con un futuro oscuro. Tampoco la ligereza con la que el árbitro tomó alguna de las decisiones favorece la recuperación del ánimo del grupo que, en lo más profundo de la tabla como anda, también es fácil presa para sentirse atacado, herido o mancillado... El trabajo se agranda para la segunda vuelta.
El primer tiempo -a la postre el partido- terminó con un Osasuna chafado, contrariado de que se le afeara el marcador después de esfuerzo y esperanza. El equipo de Vasiljevic ofreció una pugna cerrada y un trabajo encomiable ante un Sevilla quizás sorprendido por lo áspero que se le ofrecía el partido. Sergio León, tras una buena acción de Torres a un centímetro de perder el balón por la línea de fondo, había sacado sus demonios, los del goleador en sequía, marcando un gol de pillo ante una defensa congelada. En quince minutos, Osasuna había colocado el partido donde quería porque, por delante en el marcador y con un combate alrededor de cada pelota sin dueño, el encuentro corría por el buen camino.
El Sevilla, antes del descanso, se metió de nuevo en la pugna gracias a una acción a partes iguales con fortuna y sin rigor defensivo. Iborra remató como un acróbata en el borde del área y, tras el rechace en el poste, Jovetic se encargó de enviarle de nuevo el balón al centrocampista para sellar la acción a puerta vacía. La defensa de Osasuna se había quedado petrificada en la triple acción de los atacantes sevillistas y Mario, el portero, saltó como un resorte en búsqueda de la pelota dejando la meta sin guardián. Demasiadas rendijas para contener. Roberto Torres, con un gran lanzamiento de falta, casi repone el ánimo en Osasuna un minuto antes del descanso pero Sergio Rico voló, todo lo largo que es, para enviar a córner su bien dirigida intentona.
Con tensión sostenida terminaba el primer acto y aparentemente menos entusiastas salieron en el segundo tiempo los dos equipos, compostura momentánea antes de que se organizara el zafarrancho definitivo de goles, polémica y conclusión triste para los rojillos. Antes de que Iborra siguiera haciendo de las suyas en cualquier portería, Roberto Torres dispuso de otra opción ante Sergio Rico que volvió a resolver el portero. Fue el prolegómeno del festival Iborra, que primera se autogoleó en una meta y, casi en el minuto siguiente, equilibró el partido de nuevo en la otra. Con más de veinte minutos por delante, Osasuna comenzaba a dar señales de esta fatal fragilidad defensiva que le está llevando también al pozo.
Andaban los rojillos defendiéndose más que atacando -Sampaoli también había cambiado el dibujo de los suyos con un centrocampista más en lugar de uno de los centrales-, cuando el árbitro abrazaba buena parte del protagonismo que quedaba de encuentro. Primero se coló pitando un fuera de juego inexistente cuando Riviere trotaba solo hacia la puerta -encima decidió que la pifia se saldaba con un bote neutral- y, después, ni se enteró de la limpieza de rivales que hizo Vázquez -empujón claro a Oriol Riera- para rematar en el área pequeña el gol que daba la vuelta al marcador (2-3). El partido entró en un torbellino endiablado entre jugadores rojillos crispados del que se aprovechó el Sevilla para marcar otra vez, su cuarto gol. Kodro, también en el descuento, acortó distancias reivindicando a un Osasuna rebelde contra los elementos y colérico hasta el final. Castigado como colista, pero al que le queda no rendirse.
- Ficha técnica:
3 - Osasuna: Mario; Unai García, Oier, Tano; Alex Berenguer, Fausto Tienza (Kenan Kodro, m.87), Roberto Torres, Causic (Imanol García, m.74), Clerc; Sergio León (Riviere, m.71) y Oriol Riera.
4 - Sevilla: Sergio Rico; Mercado (Sarabia, m.65), Nico Pareja, Rami; Mariano, N'Zonzi, Iborra, Escudero; Vázquez (Kranevitter, m.84), Jovetic; y Ben Yedder (Correa, m.89).
Goles: 1-0, m.15: Sergio León. 1-1, m.43: Iborra. 2-1, m.63: Iborra, en propia puerta: 2-2, m.65: Iborra. 2-3, m.80: Vázquez. 2-4, m.91: Sarabia. 3-4, m.93: Kenan Kodro.
Árbitro: Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla a Fausto Tienza (m.2), Roberto Torres (m.18), Mario (m.80), Oriol Riera (m.80) y Oier (m.93), de Osasuna, y a N'Zonzi (m.18), Rami (m.29) e Iborra (m.44), del Sevilla.
Incidencias: Partido de la última jornada de la primera vuelta de LaLiga Santander disputado en el estadio El Sadar ante 15.211 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la violencia machista.