PAMPLONA. Indar Gorri ha decidido no animar con carácter indefinido en la grada de El Sadar como forma de protesta contra la retirada de prendas y banderas y la sanción impuesta a sus dos speakers que les prohibe la entrada los próximos dos años a los recintos deportivos. El grupo de aficionados ha emitido un comunicado en el que indica que ha tomado esta decisión "tras semanas de intensas reuniones y deliberaciones".
"Un colectivo como el nuestro no puede dejar desprotegidos a los socios de Osasuna. A día de hoy el Sadar no es un lugar seguro, es un lugar donde sanciones que hipotecan una vida pueden caer de forma arbitraria, donde libertades individuales se vulneran continuamente, y sobre todo un lugar donde quien lo gestiona no hace nada para proteger a sus socios".
"Creemos que la solución es bien sencilla: Osasuna no debería retirar ninguna bandera o prenda bajo ningún concepto, no tiene potestad judicial para coartar ni siquiera de forma cautelar la libertad de expresión", apunta el grupo, que insiste en que el club debería poner sus abogados al servicio de cualquier socio afectado por acción de la policía en el estadio. "El club debería hacer un informe si se retira cualquier prenda a un socio y con este ir a un juzgado para comprobar si esa retirada está fundamentado o no y si el legal, pero esto hoy es ciencia ficción, ya sabemos cómo son los apoltronados ante los del uniforme".
"Mientras no podamos sentirnos seguros en nuestro hogar cesaremos cualquier animación organizada. Lo sentimos tremendamente por nuestro club, jugadores y afición, a quienes queremos decir que nos sentiremos orgullosos si hacen de El Sadar ese estadio en el que los contrarios juegan atenazados", concluye Indar Gorri.
"Respeto al rival, menosprecio a tus socios". Así rezaba una pancarta colocada en un fondo sur vacío el pasado día 23 de septiembre ante el Sporting, que posteriormente se llenó con gente, sentada y callada.
De hecho, bastantes miembros de Indar Gorri no entraron al encuentro y lo vieron desde un bar en los aledaños del estadio como forma de solidaridad con sus compañeros sancionados. Y lo cierto es que se notó, como era obvio, en el ambiente general de El Sadar. Cuando comenzó el encuentro, se escuchaba más a los aficionados del Sporting que a los rojillos, algo completamente inhabitual y extraño para todos los presentes. En varios momentos del partido, una parte del estadio logró animar al resto para que se viniesen arriba y que el campo se pareciese un poco a lo que es habitualmente.
Hay que recordar que la sanción a sus dos speakers de 3.001 euros y la prohibición de la entrada a estadios de fútbol hasta el verano de 2020. Ambos son los encargados de llevar la animación a través del micrófono. Una situación que se prolongará en el tiempo, algo que puede afectar al rendimiento del equipo en casa ya que por todos es conocido el ambiente que se crea desde graderío sur, y lo que ayuda al equipo.