Pamplona - Osasuna decidirá entre hoy y mañana si recurre o no la segunda amarilla de Lillo, pero de primeras parece que no lo hará ya que, una vez estudiado ayer la posibilidad, en el club consideran que es muy difícil que prospere el recurso, por lo que el lateral será sancionado tras su rigurosa expulsión en Oviedo.

Si no cambian las cosas, en Osasuna ven complicado que prosperase un hipotético recurso por la expulsión de Lillo. La entidad estudió ayer esta posibilidad ya que se considera injusta la expulsión, pero al ser una acción en la que entra la apreciación del árbitro, es complicado que los comités entren a quitar la tarjeta.

Por otra parte, el club no tiene intención de presentar una queja formal contra el arbitraje de Vicandi Garrido. En la entidad existe un enfado importante, pero creen que ya ha sido suficiente con lo realizado tras el encuentro.

Por último, en el acta quedó reflejada la entrada de Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, en el campo para reprocharle su nefasto arbitraje y, especialmente, las acciones de Bolaño.

Según el Código Disciplinario, las sanciones que puede acarrear lo que escribió Vicandi en el acta pueden derivar en una sanción en forma de multa económica para el gallego. En Osasuna prefieren esperar a si Braulio es sancionado antes de ponerse a trabajar en un posible recurso o aceptar la sanción.