Pamplona - La Comisión de Antiviolencia ha propuesto cuatro sanciones graves o muy graves en el último año para Osasuna, además de otras importantes pero sin llegar a esa calificación. El club ha desmontado mediante comunicados las dos últimas y no espera ser sancionado por las anteriores. Sorprende que, ante acciones parecidas de otros clubes o, incluso, que han puesto el riesgo la salud de aficionados rojillos, las propuestas han sido sensiblemente inferiores.

Por ir a ejemplos recientes, Antiviolencia propuso multar a Osasuna con 100.000 euros por favorecer las actividades de Indar Gorri, al permitir que numerosos aficionados acudieran al estadio de El Sadar a animar en un entrenamiento. La sanción parece exagerada, pero es que esta misma semana, en la misma nota en la que pedían una nueva sanción al club, esta vez de 200.000 euros y dos meses de cierre, también solicitaban sancionar a dos clubes (Oviedo y Sporting) por dejar entrar aficionados a su entrenamiento, pero solo por llevar bengalas y con una cuantía de 10.000 euros, diez veces menor de lo que pidieron para el club rojillo.

Este tipo de actuaciones refuerzan el pensamiento que existe en el club de que hay cierta fijación con el club. “Asimismo, el club lamenta profundamente que el criterio empleado para recibir propuestas de sanción no sea semejante al de otras entidades”, publicaron en el comunicado que lanzaron ayer los rojillos.

El pasado 24 de enero, el club ya dejó en entredicho la actuación de la Comisión Antiviolencia cuando pidió que se sancionase con 65.000 euros a Osasuna por permitir el despliegue de pancartas en sus estadio que y la entidad rojilla llegó a publicar incluso los permisos que habían obtenido dichas pancartas. En el comunicado de esta semana en el que de nuevo la entidad dejó la parcialidad de Antiviolencia claramente en evidencia, Osasuna, además, desveló que tuvo “conocimiento de que, esa misma jornada, en otros estadios se habían exhibido pancartas realizadas con el mismo material, fabricadas por el mismo proveedor y que contaban con el mismo tipo de certificado” y que no han sido objeto de propuesta por parte de Antiviolencia.

A unos sí, a otros no Antiviolencia ya propuso el cierre temporal de El Sadar durante un mes, además de una multa de 50.000 euros para Osasuna, en junio del año pasado por “proporcionar entradas en la zona visitante a algunos miembros de Indar Gorri”. Hace pocos meses medios estatales se hicieron eco de la llegada de un grupo ultra de otro equipo a El Sadar emitiendo amenazas a los rojillos allí presentes. Sin noticias de propuestas de sanción para esta acción.

A esto hay que añadir la propuesta de sanción y clausura temporal de El Sadar por parte de Antiviolencia data de diciembre del pasado año. En aquella ocasión fue de un mes de duración y acompañada de una multa de 200.000 euros para Osasuna por “mantener como socios a algunos miembros del grupo Indar Gorri que han sido condenados penalmente por diversos delitos; hacer caso omiso a las indicaciones del coordinador de seguridad en relación con las medidas a adoptar con dicho. Esto no tiene antecedentes en otros clubes y ya fue categoriamente desmontado por Osasuna con otro comunicado.

Ya para rematar, en la entidad osasunista ha sorprendido que la agresión a un autobús de aficionados rojillos en Soria haya sido castigado con la irrisoria cifra (comparadas con las que aplican a Osasuna) de 5.000 euros.

Propuestas de sanción que no acaban en ningún lado más allá de manchar el nombre de Osasuna, pero que demuestran una sorprendente fijación de este estamento con la entidad rojilla.