pamplona - El estado de gracia de Chimy Ávila, autor del gol decisivo del partido y de la eliminatoria, le sirvió a Osasuna para pasar la ronda de Copa frente al Haro, el contrincante de Segunda B que compitió mejor que los rojillos en el segundo tiempo y llegó a ponerse por delante en el marcador. La habilidad del delantero argentino, el momento dulce que atraviesa que le señala como un tipo letal en cuanto ronda la portería contraria, fue el salvoconducto con el que el equipo de Arrasate se ha colado en la siguiente fase del torneo.

Chimy Ávila no tocó muchos balones en los quince minutos que estuvo en el terreno de juego, cuando Arrasate se vio obligado a reclamar efectivos de la primera unidad porque el Haro mandaba en el marcador, pero el atacante estuvo en su papel de protagonista para hacer un control en carrera superando en ella a un rival y, sin preaviso, soltar la derecha y cruzar el balón a gol. Esta es la dinamita con las que se las gasta Osasuna.

Como la aparición del delantero fue además en el minuto 90, resultó el bálsamo que necesitó Osasuna para apuntillar un partido que se había enredado demasiado, en el que el dominio sin goles ni ocasiones dio espacio para la sorpresa por el tanto local, en el que también algunos futbolistas no salieron bien parados con la oportunidad que les brindó el entrenador de estar desde el principio en el campo y mostrarse. La Copa siempre ha sido una competición con su parte de trampa y ayer en Haro no fue excepción, ni para el equipo en general ni para varios jugadores en particular. Las oportunidades van y vienen.

El primer tiempo fue un monólogo de Osasuna que no necesitó apretar más de la cuenta para demostrar su superioridad. El Haro, que dispuso de un remate desviado como única aparición de mérito en este periodo, fue siempre consciente de que era al conjunto navarro al que le correspondía llevar las riendas del partido y, por inercia y convicción, jugó casi siempre alrededor de su portería, defendiéndose y achicando el cuantioso suministro de balones en esa zona.

A Osasuna le anularon un gol a los diez minutos por manos de Juan Villar en el acomodo previo de la pelota al disparo a puerta y Fran Mérida, en el tramo final del primer tiempo, estuvo a punto de sorprender al meta local con un lanzamiento desde el borde del área que se fue abriendo con peligro, porque se hacía inalcanzable para el portero.

El equipo casi completamente nuevo que presentaba Osasuna respecto al último de Liga -solo repetía Estupiñán- debía tener talento y arrestos suficientes como para definir la eliminatoria en la reanudación.

Fran Mérida estuvo a punto de borrar cualquier complicación posterior para su equipo a los once minutos de la reanudación, pero su lanzamiento de falta se estrelló en el larguero. El dominio de Osasuna se estaba tornando ya espeso, rotundo pero sin la velocidad ni chispa suficiente para hacer saltar al Haro por algún costado. Los riojanos se replegaban con todo el mundo en cuanto Osasuna tenía la pelota y hubo demasiado merodeo sin picante por parte de los rojillos.

Estaba haciendo cuentas Osasuna por el porcentaje de posesión de balón -siempre cerca del 70%- cuando la sorpresa se hizo sitio. Un robo en la banda de Estupiñán, un centro al segundo palo, desencadenó un fallo en cadena que permitió el gol a puerta vacía de Mikel Bueno.

Parecía que Osasuna se veía obligado a esprintar, hizo cambios para la remontada -entraron entonces Chimy Ávila y Adrián-, pero no le hizo falta acelerar mucho el paso porque, pocos minutos más tarde del gol de los jarreros, Nacho Vidal empataba tras aprovecharse de un rechace.

Osasuna estaba en donde había empezado el partido, pero a quince minutos del final y después de completar un segundo tiempo malo. El último relevo, la entrada de Roberto Torres, iba a firmar el latigazo final. Un pase del centrocampista al espacio de Chimy Ávila, siempre un terreno comprometido para cualquier defensa que quiera pugnar con el delantero, fue remitido al fondo de la portería con temple por parte del argentino, que en dos zancadas hizo un control y armó la pierna derecha. Un jugador decisivo fue la diferencia para Osasuna en la Copa, donde se cumplió tras el susto.

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Osasuna Jagoba Arrasate

Osasuna cumplió con el resultado, hizo un primer tiempo correcto, pero fue superado en múltiples ocasiones en el segundo. Los cambios le dieron la razón.

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haro Aitor calle

El Haro supo aguantar la superioridad de Osasuna durante un tiempo y, con el gol a favor, se rearmó para competir más que dignamente.

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Árbitro del cerro grande

El colegiado madrileño no tuvo un partido complicado a pesar de que el público protestó sobre todo sus decisiones en el primer tiempo. Sin VAR, todo lo decidió él.

HaroOsasuna

2Tiros a puerta5

2Tiros fuera4

1Ocasiones de gol2

20Faltas cometidas7

21Balones al área31

2Córners2

3Fueras de juego1

33%Posesión67%

2Intervenciones del portero0