pamplona - Osasuna no logró superar el muro que le montó el Valladolid en El Sadar y se tuvo que dar por contento con el empate sin goles. No es que los rojillos defraudaran en cuanto a actitud y combatividad en este primer partido de la segunda vuelta, pero el empujón final con el que suelen noquear a sus rivales, meterle revoluciones al juego y nervios al encuentro no fue suficiente. El Valladolid organizó un buen sistema defensivo, con una numerosa presencia de centrales y aplicación en las ayudas, que fue antídoto suficiente para mantenerles a raya.

Con un Chimy insaciable que interpretó esta vez sin fortuna un repertorio inagotable de remates desde todas partes, Osasuna se debe felicitar por sumar un punto en una tarde en la que no le acompañó el gol. En el recuento de méritos del partido, el equipo de Arrasate deberá contabilizar que mantuvo la portería propia sin mácula gracias a las intervenciones de Sergio Herrera, insuperable.

Osasuna se vio atado e incomodado por un rival que le dejó espacio para la aproximación, pero que pobló los últimos metros de personal para achicar balones y mostrarse arropado y cómodo en esa pelea. Los rojillos no faltaron a la cita en cuanto a suministro de balones sobre el área y a la intensidad en los últimos veinticinco metros, pero en esta ocasión no se halló el resquicio por donde incidir en el marcador. A algunos jugadores se les nota que la campaña avanza, que los esfuerzos se acumulan y que el curso pasa factura en forma de ausencia de chispa.

El Valladolid fue también una buena medida de lo que se viene encima en la segunda vuelta: equipos que encuentran un tesoro en la consecución de un punto, rivales que se tientan las vestiduras y reconsideran sus intenciones cuando llegan a El Sadar y sienten el precipicio. Todos los conjuntos le van a dar una vuelta a la tuerca de su rendimiento y en días como ayer los argumentos quedan claros.

Obligados a ganar, como siempre, quizás a no perder, según las circunstancias, Osasuna y Valladolid saltaron al campo con tiento. Los dos equipos brindaron un primer tiempo muy equilibrado, sin un dominador claro, a lo sumo un poco más Osasuna, pero tacaño en cuanto a oportunidades de gol. La más clara la tuvo Adrián, cerca de la media hora, cuando recibió un buen centro de Nacho Vidal y se encontró con el portero en su remate sin oposición escorado en el área. El Valladolid se había presentado en El Sadar con tres centrales y con superpoblación de jugadores en su campo en cuanto perdía la pelota, por lo que alternaba tomárselo con calma cuando Osasuna le esperaba ordenado, lo mismo que intentaba salir con velocidad cuando los rojillos estaban fuera de su cuadrícula o algo más adelantados.

No fue un primer tiempo excelente, en el que Sergio Herrera solventó con autoridad las intentonas del Valladolid. La única computable, porque las otras estuvieron en fuera de juego, una de Raúl Carnero. El cancerbero de Osasuna protagonizó uno de los incidentes de una primera mitad en la que hubo lesión y sustitución de Oier, la atención fuera del campo de Kiko Olivas y los problemas físicos del propio meta rojillo que consiguió continuar sin problemas -se lesionó por un fuera de juego señalado de forma tardía por el línea-. El Chimy, referente de Osasuna y hombre susto para el rival, no apareció mucho pero dejó un par de remates entre los tres palos como tarjeta de presentación. El argentino se tomó muy en serio su condición de goleador y referencia como iba a demostrar en el segundo tiempo.

El Valladolid aparentó querer romper el bloqueo general con una reaparición tras el descanso más ambiciosa. En menos de un cuarto de hora, los pucelanos estuvieron cerca de hacer saltar el marcador. Primero Ünal se topó con Sergio Herrera, que dibujó una estirada fantástica en un remate con el cuerpo, y luego fue el larguero el que evitó la diana de Sergi Guardiola. Ahí terminaron las molestias del Valladolid.

Ya había avisado Chimy Ávila, con una de sus estampidas desde el centro del campo, sorteando rivales y llevándose la pelota a trompicones para rematar sobre un defensa, anunciando así que tampoco ayer se iba a rendir, y siguió con más remates y carreras. A lo suyo. A la media hora, tras una jugada polémica que solventó con acierto el VAR porque lo que parecía la mano de un defensa y penalti claro resultó un despeje con la cara, Osasuna se puso en el modo Osasuna final y encerró definitivamente el Valladolid en su campo. Adrián, Aridane, Rober Ibáñez y, cómo no, Chimy Ávila, rozando el gol con un zambombazo desde el borde del área, fueron los méritos de Osasuna para buscar la victoria que no llegó.

En un día en que no se encuentra el camino del gol, es una buena noticia no perder. Osasuna sigue con su cuenta, que es una resta.

5

Osasuna Jagoba Arrasate

El equipo se mantuvo en las líneas de intensidad y ambición hasta el final, aunque su comparecencia verdadera para incidir en el marcador resultó tardía.

5

Valladolid sergio gonzález

Buen planteamiento defensivo del conjunto pucelano en el que se fue reafirmando con el paso de los minutos. Se olvidó de atacar y abrazó al final el punto.

5

Árbitro ALBEROLA ROJAS

No fue un partido difícil, aunque el público no estuvo contento con el reparto de las tarjetas. El VAR le ayudó en un penalti que reclamó Osasuna.

OsasunaValladolid

6Tiros a puerta4

6Tiros fuera2

3Ocasiones de gol3

10Faltas cometidas10

32Balones al área14

9Córners1

2Fueras de juego5

56%Posesión44%

3Intervenciones del portero5