A principios de los años 40, Osasuna llegó a presentar en su defensa a dos tipos fornidos: Javier Archanco y Terrible (José González Echeverría). Eran ambos de esos futbolistas que empequeñecían al delantero en el primer cuerpo a cuerpo o en la disputa de un balón dividido. Ayer, Miguel Archanco, sentado en la silla frente a un tribunal, recordó sus inicios de aficionado rojillo con 7 años, a su abuelo presidente y a su tío futbolista. El exdirigente rojillo, ahora encausado por presuntos amaños, aprovechó las preguntas para hacer una defensa de su labor en el club, actuaciones que, por su grosor y calado, en más de una ocasión acompañó del adjetivo “terrible”. Ponderó Archanco su trabajo como abogado urbanista regularizando, en su faceta de vicepresidente del club, la situación legal de los terrenos propiedad del club y como esa labor supuso una revalorización de -380 millones de pesetas (2,2 millones de euros) a más de 40 millones de euros. Y sin percibir ni un euro. Por amor a los colores. Habló de los nuevos campos acondicionados en Tajonar durante su mandato, de las deudas con Hacienda que fue detectando y tratando de enmendar y cuestionó la forma de gestionar el club por su antecesor, Patxi Izco, en algunas disgresiones que la juez frenó para que se ciñera al tema de la pregunta. ¿Qué recibió a cambio de eso? Insultos cuando salía a la calle porque se publicó que tenía 1,4 millones en un paraíso fiscal, recogido en un documento en el que luego se detectó que le habían falsificado la firma. Con gesto sereno y ánimo didáctico, el expresidente no se detuvo en muchas explicaciones sobre los supuestos amaños porque, sencillamente, dice no saber nada ni de maletines, ni de citas, ni de viajes ni de cantidades. Eso sí, reconoce haber primado al Betis para ganar al Valladolid, y firmar un cheque por 400.000 euros para devolver dinero a unos benefactores, por llamarlos de alguna manera. También con el ademán tranquilo ocupó su silla Vizcay, aunque con un tono de voz más bajo por lo que la juez le recordó en más de una ocasión que no le escuchaba y que elevara el volumen. El exgerente contó lo ya conocido en el sumario y que nadie le coaccionó para confesar. No siguió el ejemplo de Archanco sobre su añejo osasunismo y eso que su padre hizo también una dilatada carrera como gerente de la entidad y su suegro era el exfutbolista rojillo Luis Aranaz. Porque para Vizcay osasunismo es evitar una sanción deportiva con ese pormenorizado relato de hechos que da cuerpo a este juicio. Desde luego, hay amores que matan. O víctimas del amor a unos colores, ya que Archanco tuvo que dimitir y a Vizcay lo despidieron. Ahora los dos van a necesitar para salir indemnes de este juicio una buena defensa. Como aquella de Archanco y Terrible.