san sebastián - Lo que iba a ser una fiesta se convirtió en un calvario por las excesivas medidas de seguridad de la Real Sociedad. Finalmente se solucionaron y los rojillos pudieron disfrutar de la fiesta de la hermandad.

Los alrededores del Reale Arena se fueron tiñendo de rojo desde las 18.00 horas. Aficionados navarros se mezclaban con los locales en una típica imagen de hermandad que dan éstas dos aficiones. Hasta ahí, todo normal. El problema llegó en la puerta de entrada. La seguridad de la Real pedía el DNI y el carné de socio de quien hubiese comprado la entrada, requisitos de los que no se había informado ni siquiera a Osasuna.

Cerca de 600 personas temieron quedarse en la puerta. Además, los que entraron se quedaron aún más boquiabiertos ante los cacheos extremos a los que fueron sometidos. Hasta las zapatillas les hicieron quitarse.

Osasuna, al ser informado por algunos socios, mandó a su jefe de seguridad y el director general, Fran Canal, llamó a directivos de la Real para informarse y solucionar el tema. A los pocos minutos la seguridad ya dejó entrar a los que estaban en la puerta.

Una vez dentro, los rojillos se dejaron la garganta para jalear a sus jugadores y a su entrenador, que ayer volvía a la que fue su casa por primera vez en partido oficial. - J.G.U.