Las esperanzas puestas en el joven entrenador vizcaíno José María García de Andoin -tenía entonces 33 años- para intentar el retorno a Primera en la temporada 1966-67 no pasaron de la jornada inicial, completada con un triunfo (3-0) frente al anterior equipo del entrenador, el Indauchu. Perdió cuatro de los cinco partidos siguientes y hasta ahí llegaron las expectativas de los dirigentes rojillos. El 18 de octubre, la comisión técnica emitía una nota en la que “invita al entrenador a que presente la dimisión con carácter irrevocable, suspendiéndosele ya en sus funciones”. O sea, dimite que ya te he cesado. García Andoin entendió el mensaje, hizo las maletas y volvió a Bilbao.