Osasuna informó con un confuso comunicado del resultado "de las pruebas de imagen realizadas a Jonathan Calleri en la Clínica Universidad de Navarra" en la tarde de ayer, en las que, según el mismo escrito, "se aprecian signos de ruptura en el componente superficial distal del ligamento colateral medial de la rodilla derecha".

En el texto tampoco hubo rastro del periodo estimado de baja: "El futbolista queda pendiente de evolución". Sin embargo, tras las consultas realizadas por este periódico en el propio club y a dos reputados médicos del deporte, la traducción de todo este barullo se puede resumir como una rotura parcial del ligamento lateral interno de la rodilla derecha que, en el mejor de los casos, mantendrá en el dique seco al delantero durante un mes, que serán dos en el peor de los escenarios.

Dentro de la gravedad del percance, se trata de un mal menor para el jugador y para el equipo, ya que ayer quedó descartada la cirugía y la afectación del cruzado lesión de larga duración de la que en la actualidad se recuperan Chimy Ávila y Brandon Thomas, mientras que el periodo extraoficial que se maneja para la reaparición de Calleri va a resultar sensiblemente menor con el que inicialmente se podía especular (de unos tres meses o más). La lesión del futbolista argentino, al que Osasuna incorporó en calidad de cedido durante el pasado mercado de fichajes, se produjo en el minuto 28 del partido que el pasado domingo disputó el conjunto rojillo contra el Eibar.

A Calleri se le quebró su rodilla derecha al recibir una involuntaria patada de Esteban Burgos al intentar robar un balón. Los signos de dolor del futbolista rojillo y la cojera con la que abandonó el terreno de juego (fue sustituido por Jony) no hacían presagiar nada bueno, aunque el resultado de las pruebas que le realizaron ayer rebajaron notablemente la gravedad de la lesión del argentino, que, no obstante, deja un importante agujero en la delantera de Osasuna, con Enric Gallego y Adrián como únicos representantes.

Calleri, que se estrenó como goleador con la elástica del conjunto navarro en la victoria contra el Celta en El Sadar (marcó el 2-0 definitivo), estaba atravesando un buen momento de juego, como destacó Jagoba Arrasate al término del partido en Ipurua, escenario en el que se produjo la lesión del atacante y en el que el técnico ya vaticinó que iba a perder al jugador por un buen tiempo, aunque finalmente no será tanto.

A pesar de las relativas buenas noticias que llegaron ayer con el alcance de la lesión de Calleri, menos grave de lo inicialmente previsto, lo cierto es que Osasuna no está teniendo suerte, ya que perdió por lesión a Chimy Ávila y Darko antes del inicio de la temporada, Brandon regresó con una rodilla rota de su cesión al Girona y ya son varios los futbolistas que se han perdido algún partido por diferentes problemas físicos.

Torres acelera para volver

Más de tres semanas de ausencia. Roberto Torres no juega un partido oficial con Osasuna desde el pasado 27 de septiembre, fecha en la que su equipo perdió contra el Levante en El Sadar (1-3) en un encuentro que no pudo terminar porque sufrió una lesión en el bíceps femoral de su pierna izquierda, dolencia que le ha impedido actuar contra el Celta (2-0 en Pamplona) y en Eibar (0-0). El canterano acumula ya más de tres semanas sin ejercitarse con el grupo, pero ayer ya se le vio acelerar en su proceso de recuperación, todo con el objetivo de llegar a tiempo al partido del centenario, el que el próximo sábado enfrentará a los rojillos con el Athletic en El Sadar. J.L.