Txuma Iso (Pamplona, 18/12/1966) fue el único directivo de Osasuna que no acudió al palco de El Sadar el pasado sábado, fecha en la que el club navarro cumplió 100 años y celebró la efeméride con una importante victoria liguera ante el Athletic (1-0). ¿El motivo? Haber dado positivo en covid-19 en una PCR que pasó el 16 de octubre y las complicaciones posteriores que le produjo la enfermedad, con afectación de los pulmones, cuatro días en el hospital y el ingreso domiciliario en el que se encuentra en la actualidad. Por suerte, Iso, aún convaleciente, comienza a divisar la luz al final del túnel, como admite en conversación telefónica con este periódico, una charla en la que se sincera y aprovecha para agradecer el buen trato que le ha dispensado todo el personal sanitario que le ha atendido y lo sigue haciendo durante estos días. “Se merecen que se reconozca su labor con letras de oro”, dice, sin olvidar tampoco todos los mensajes de apoyo que lleva recibiendo desde que se conoció su positivo.¿Se le ha pasado ya el susto?

-Estar en casa no es lo mismo que estar en el hospital y el susto te lo vas quitando, pero la verdad es que acojona porque nunca me había visto en una situación con tan poca fuerza, tan poca gana y como si me hubiera pasado, no un tren, sino dos, por encima.

Se le nota la voz muy frágil...

-Es que el bicho te deja destrozado. Aún estoy con el oxígeno todo el día enchufado porque, si no, me cuesta mucho respirar. Pasas miedo y estando en el hospital ves lo que hay y todavía acojona más.

Se encuentra en ingreso domiciliario. ¿Cómo se las arregla en casa?

-Estoy con mi mujer, que lógicamente también está confinada, y la familia y los amigos nos echan una mano en alguna cosa que podamos necesitar, pero por suerte nos estamos apañando bien. Ella está fuera de la habitación y yo estoy aislado.

¿Ha dado ella positivo?

-Le llamaron los rastreadores nada más dar el club el aviso de que yo era positivo y en la primera PCR dio negativo, pero ahora estamos pendientes de que le llamen para que le hagan la segunda y ver el resultado.

Así que viven juntos, pero separados, sin contacto.

-Nada. Ella me deja la bandeja con la comida en la puerta de la habitación y nos vemos a cinco metros de distancia y con mascarilla, no se puede más.

¿Cómo se contagió?

-No sé ni cuándo ni cómo. Tuve una PCR el 12 de octubre. Nos la hicimos todo el club por los positivos que había habido en el Promesas y me salió negativa. Era martes y estaba tranquilo, pero el miércoles a la tarde empecé a sentir escalofríos, como si me estuviera cogiendo un catarro. Sin embargo, al haber salido la PCR negativa, no le di importancia y estaba tranquilo. El viernes nos hicimos la PCR de control previa al partido en Eibar y el sábado por la mañana me llamó el doctor de Osasuna y Fran Canal para decirme que era positivo y que no podía salir de casa. Fue entonces cuando empezaron a llamar los rastreadores y me mandaron al centro San Martín. Me hicieron una placa y vieron que había una mancha en dos partes del pulmón. De ahí me mandaron rápido al hospital Virgen del Camino, donde pasé todo el día, y me prescribieron ingreso domiciliario con oxígeno.

¿Qué pasó después?

-El domingo por la noche empecé a ponerme muy mal, no ventilaba, llamé al 112 y vieron que tenía la saturación o la ventilación muy baja y me llevaron al hospital, donde me dejaron ingresado, aunque ahora ya estoy en casa, con oxígeno y tratamiento.

¿Cuánto tiempo estuvo ingresado en el hospital?

-Desde el domingo por la noche, hasta el viernes por la tarde. Estuve en la cuarta plata de Virgen del Camino, pero completamente vigilado.

Y sin recibir visitas...

-Sí que hay posibilidad de tenerlas durante un par de horas por la tarde, pero no quería que viniera nadie a verme porque es muy duro de soportar. Estaba como ahora en casa, todo el día enchufado al oxígeno y con los médicos y enfermeras controlándome permanentemente la sangre, la temperatura, la ventilación…

¿Pasó miedo?

-Sí. A toda esta gente que se cree que esto es un catarro o una gripe, yo le llevaba un día al hospital para que vea cómo está la gente, los enfermeros y los sanitarios. Acojona.

¿Qué mensaje envía a la sociedad?

-Si puedo dar un consejo a la gente, es que multiplique todo lo que nos están diciendo, porque creo que no nos quieren meter el miedo de lo que realmente hay dentro de un hospital. Yo lo he visto y asusta. Y mucho.

Lo está pasando mal, pese a que es una persona con hábitos saludables.

-Cuido mucho la alimentación e iba al gimnasio tres o cuatro días por semana y, si no podía, hacía bicicleta estática en casa. Siempre estaba con el deporte y creo que eso me ha ayudado muchísimo, pero esta enfermedad te mata.

Y además no entiende de edades ni de condiciones físicas...

-El bicho no sabe quién eres. El bicho ve una rendija, entra y hace estragos en las personas.

En su caso, el coronavirus le ha dejado hecho polvo y sin poder disfrutar en el palco de El Sadar del partido del centenario de Osasuna.

-Siempre se dice, y es verdad, que la salud es lo primero, y más en una situación como en la que me encuentro. Tengo que reconocer que solo pensaba en salir del hospital para poder ver el partido en casa. Por mi condición de directivo, hubiera sido un privilegio poder estar en el estadio el día del centenario, pero al final lo he tenido que vivir como un aficionado más, empujando todo lo que podía desde casa. Este puñetero bicho nos ha jodido a todos los rojillos. Hubiera sido impresionante que los 20.500 socios hubiéramos podido estar el sábado en el estadio. Por mala suerte no pude ir, pero, al fin y al cabo, lo viví como lo que soy, un socio más.

Al menos no contagió a ninguno de sus compañeros de junta, algunos de ellos en edad de riesgo.

-Sobre todo el presi (Luis Sabalza) y Fidel (Medrano). Yo tuve contacto más o menos con todos salvo con Miguel Cuesta, pero, si algo tenemos claro en el club, es que las medidas se cumplen a rajatabla y en ningún momento nos quitamos la mascarilla, nos reunimos y mantenemos la distancia y gracias a eso no se contagiaron, aunque lógicamente tuvieron que soportar pasar dos pruebas negativas y su confinamiento particular.

¿Es un consuelo?

-Eso me tranquilizó mucho. Si algún compañero hubiera enfermado y se hubiera perdido el partido por mi culpa, habría sufrido aún más, aunque, por responsabilidad, no dejas de comerte la cabeza.

¿Vio el partido?

-En el salón de mi casa y con mi mujer. Ella en una esquina y yo en otra. El médico me dio autorización para verlo así, con distancia y mascarilla, y además me puse guantes para no tocar nada. Es el único momento en el que he salido de mi habitación en todo este tiempo.

¿Tuvo fuerza para celebrar el gol de Rubén García?

-Lloré con el gol y con la canción. Fue emotivo y lo celebré dentro de mi debilidad. De hecho, mi mujer vino corriendo y me subió el oxígeno porque pensaba que me faltaba.

¿Intercambió mensajes con sus compañeros de junta?

-Sí. Les estoy muy agradecido porque se han portado genial conmigo. Son grandísimos amigos y me tienen en palmitas. No tengo más que buenas palabras para ellos.

¿Y con los jugadores y técnicos?

-Hablé con Roberto Torres, con Jagoba, con Braulio, con Cata… Sé que todos han preguntado por mí. Si de algo estoy orgulloso es de que, más que un club de fútbol, parecemos una familia.

¿Qué le pareció el partido contra el Athletic?

-Que, como dijo Jagoba, no pasará a la historia por su brillantez, pero sí por la victoria y por ser el del centenario.

Osasuna es salud en euskera. ¿Es en lo único que piensa ahora?

-Así es. Ahora mismo solo pienso en Osasuna, sobre todo por su significado. Hace media hora (esta charla con Iso data de ayer por la tarde) me ha llamado el médico, que está continuamente pendiente de mí, y me ha dicho que voy bien, dentro de los plazos, pero que esto va a ir muy despacio porque al pulmón le va a costar volver a su sitio, ya que no hay un medicamento que sea efectivo para esto. Ahora estoy con antiinflamatorios, con inyecciones para evitar los trombos y ya me han dicho que va a ser cuestión de tiempo.

“Soy una persona que se cuida, pero el bicho no sabe quién eres. El bicho ve una rendija, entra y hace estragos”

“Es mejor estar en casa que en el hospital, pero la verdad es que esto acojona porque nunca había estado tan débil”

“Hubiera sido impresionante que los 20.500 socios hubiéramos podido estar el sábado en el estadio”

“Vi el partido por televisión, como un socio más, que es lo que soy, y lloré con la canción del centenario y con el gol”

“Los sanitarios se merecen que se reconozca su labor con letras de oro. Estoy muy agradecido por el trato recibido”

Directivo de Osasuna