uatro años después y en un año especial pero que muy especial para todos los y las osasunistas, afrontamos en Osasuna un nuevo periodo electoral de elección de socios compromisarios. Y lo hacemos en un contexto de gran incertidumbre mundial, pero de innegable ilusión rojilla fácilmente apreciable por todos los rincones de nuestra comunidad.

Un estadio reformado, pendiente de inaugurar ante nuestra afición. Un récord de socios y socias. Un récord de candidaturas presentadas a la elección de compromisarios (esperemos que también récord en la participación en las próximas Asambleas). Una buena situación económica. Una cantera más que envidiable por otros equipos, que sigue y seguirá dando sus frutos. Un Club ya Centenario. Y un equipo que partido tras partido, y más allá de su fortuna o no de cara al gol, nos hace sentir orgullosos y orgullosas por encarnar a la perfección los valores que la entidad siempre ha llevado por bandera: la nobleza, la generosidad en el esfuerzo y la lucha por cada balón que cae sobre el terreno de juego.

El futuro que nos espera nos presenta muchas incertidumbres y también múltiples retos. Y precisamente por ello, consideramos importante contar con una Asamblea plural, responsable y en la que la crítica constructiva por el bien del Club impere por encima de cualquier otra cuestión. No solo debemos velar por el cumplimiento de todas nuestras obligaciones, sino que debemos también ser conscientes de la importancia capital que tienen todas las decisiones que tomemos en ella.

La próxima Asamblea encontrará encima de la mesa varios debates y cuestiones a tratar. Entre ellos: la reforma de los estatutos sociales de la entidad con la cuestionada limitación de mandatos del Presidente; la revisión del articulado que hace referencia al concepto de pre-aval que a día de hoy nos aboca hacia un camino de Sociedad Anónima Deportiva (SAD) encubierta. El debate de la cuota establecida de socios, ¿por qué 80 € y no 60 € o 100 €? El debate en cuanto a la gestión del incremento social experimentado, ¿cómo mantenerlo e incluso cómo incrementarlo? ¿Será el momento de distinguir entre socio y abonado? El debate sobre el patrimonio, ¿cómo afrontar su recuperación tras vernos obligados a desprendernos de él para salvar el club?, y ¿cómo se reflejará el pago por parte del club de la reforma en un hipotético precio de recompra del Sadar? Estas y otras muchas cuestiones estarán encima de la mesa para encarrilar el futuro de la entidad.

En definitiva, por todo ello, las y los futuros miembros de la Asamblea de Socios Compromisarios deben ser conscientes de que cargan con la inmensa responsabilidad de tomar decisiones importantísimas y también de que representan en ella no solo a los socios y a las socias del millar por el que han sido electos, sino al conjunto de una masa social (socios y socias, simpatizantes y afición en general) que apasionadamente se desvive por el equipo de sus amores.

Del vetusto Café Kutz al impresionante nuevo El Sadar pasando por la leonera del viejo San Juan, tocando la gloria casi con las manos a orillas del Manzanares, o llorando de emoción desconsolada en Sabadell, miles o mejor dicho decenas de miles, o incluso quizá cientos de miles de osasunistas habían soñado en alguna ocasión con esta importante temporada deportiva. Lo excepcional de la situación que nos está tocando vivir ha trastocado todos nuestros planes, pero ésta obligada pausa temporal nos ha permitido por un lado echar la vista atrás para recordar con orgullo a todos los y las osasunistas que ya no están, y por otro pensar en el día de mañana. Seguramente todos nosotros y nosotras estamos pensando ya en la primera vez en la que pisemos el nuevo estadio, en el primer gol que celebraremos entre abrazos tras la pandemia, y en definitiva, en volver a disfrutar de nuestra loca pasión como estábamos acostumbrados y acostumbradas a hacerlo hasta hace unos meses.

Hace cuatro años, los que suscribimos este texto, en unas líneas similares con motivo de las últimas elecciones a socios compromisarios reclamábamos compromiso, pasión y honestidad para regenerar Osasuna. Hoy, cuatro años después, la situación es muy distinta, y cual ave fénix el Club Atlético Osasuna ha resurgido de sus propias cenizas para erguirse nuevamente como uno de los principales estandartes y orgullo de toda Navarra. En nuestra humilde opinión, nuestro ya centenario Club sigue hoy en día requiriendo de aquella misma receta, compromiso, pasión y honestidad. En esta ocasión para construir el Club Atlético Osasuna del futuro.

¡Aúpa Osasuna!Socios 5.736 y 5.778, candidatos del 6º millar