ra este un partido para pulsar sensaciones. Los resultados de las eliminatorias del sábado depararon el KO de tres equipos de Primera que luchan por la permanencia y que, con esa premisa por bandera, quizá no pusieron mucho empeño por continuar en una competición que, de momento, solo les garantiza más desgaste físico y posibles lesiones. Es la misma tesitura en la que está inmerso Osasuna; pero en el caso de los rojillos estaba comprometida la apuesta por la continuidad del entrenador y, en el plano emocional, encontrar un resultado que estimule la capacidad de competir en la Liga. Todo ello ante un Espanyol líder solvente de Segunda División y poniendo en escena Arrasate a los jugadores con menos minutos en el campeonato. La respuesta estuvo a la altura de las circunstancias y además de refrendar el compromiso de la plantilla, el encuentro brindó la oportunidad de reivindicarse a jugadores que llaman a la puerta de la titularidad como Kike Barja, Javi Martínez y Juan Pérez. Resulta gratificante que en este momento crítico por el que discurre la temporada, a los chicos de la cantera no les tiemblen las piernas, que demuestren temple en el campo y que sean capaces de reclamar el protagonismo marcando los goles del partido. Retomando el mensaje realista de Braulio Vázquez la pasada semana, pase lo que pase en esta temporada, si el equipo llegara a descender, hay un fuerte cemento de futbolistas de la cantera para seguir armando un equipo que guarde fidelidad a los principios de la casa y que sea atractivo para los aficionados.

En este contexto, nunca sabremos si la incorporación de Javi Martínez llega tarde o a su justo tiempo: conformémonos con que por fin ha llegado. El chico está respondiendo a las expectativas y yo me atrevería a decir que incluso las ha rebasado. En el Promesas, el centrocampista hizo un trabajo de reciclaje y de ser lo que vienen llamando un trescuartista, un enganche entre media y delantera, mudó en futbolista de campo abierto, sin límite de espacio para recuperar o pedir el balón, y activado durante noventa minutos. A ojos de la grada podía presentar tres defectos que necesitaba pulir: mucho giro sobre sí mismo y poca transición rápida de balón, contadísimas asistencias y apenas gol. Un futbolista que esparcía perfume de buen pelotero, a quien se le quedaba pequeña la Segunda B, pero que necesitaba someterse a prueba en el fútbol grande. Ayer, en la jugada del 0-1, Javi Martínez roba el balón y concluye la jugada pisando el área y ejecutando un chut en parábola inalcanzable para Oier. Hasta ahora, la mejor noticia de la Copa.

Este torneo, lejos de suponer un problema añadido, debe servir de catapulta. Arrasate reservó a la gran mayoría de los titulares habituales, no hubo un desgaste extra (el Espanyol metió poco ritmo al partido y no le aplicó intensidad) y sí minutos de calidad para elementos que deben aportar desde primera línea como Torró y Jony, castigados por las lesiones. También el recién llegado Manu Sánchez parece que animará la competencia en el lateral izquierdo; pisa la línea de fondo y parece que gusta de mostrarse por dentro. Sin embargo, la pareja Gallego-Budimir dio la impresión de no estar muy compenetrada, además de seguir ambos con ninguna efectividad en el remate.

Osasuna y el osasunismo necesitan estímulos tanto como los mensajes en positivo. Ayer el equipo ganó, apareció la cantera y el entrenador vio refrendada su apuesta. Hay argumentos para seguir creyendo.

Rubén Pardo, descartado. El nombre de Rubén Pardo, propiedad del Girondins y en la actualidad en el Leganés, volvió a estar sobre la mesa como posible refuerzo en el mercado invernal. Arrasate ya lo tuvo a sus órdenes en la Real. Finalmente se decidió apostar por la actual plantilla y fue descartado.