- La trascendencia del partido de ayer por la precaria situación clasificatoria de Osasuna y Eibar se puede medir de varias maneras, pero hubo una acción tremendamente significativa y que tuvo como protagonista al entrenador del conjunto navarro, un Jagoba Arrasate al que se le vio muy activo en el banquillo durante todo el encuentro. Sin embargo, la temperatura subió especialmente en la recta final de la primera parte, cuando Aridane tuvo que ser atendido en la banda por culpa de la brecha que se hizo en una pugna con Kike García. El árbitro instó al central canario a abandonar el terreno de juego en el minuto 37 por tener sangre en la ceja, dejando a su equipo con 10 jugadores. Fue el momento en el que el Eibar generó una peligrosa ocasión de gol mientras Arrasate no entendía el motivo por el que el colegiado demoró el reingreso del futbolista rojillo en el terreno de juego. Ocurre que la herida no cicatrizó debidamente y Aridane volvió a dejar a Osasuna con 10 en el minuto 40 por el mismo motivo, con el técnico desesperado por la tardanza de los servicios médicos en buscar un remedio efectivo para sanar la herida. Eso sí, el Eibar empató luego estando 11 contra 11.