Puede que así a bote pronto no le suene esa fecha pero en ese día, el 14 de enero, se produjo la famosa frase de "Jagoba es nuestro capitán y es el que llevará el barco a puerto". Cuando en la previa le preguntaban sobre la famosa frase, el director deportivo esbozaba una sonrisa casi de alivio.Y es que cuando dijo la sentencia pocos podían imaginar que a 11 de mayo Osasuna iba a estar ganando al Cádiz en un partido intrascendente ya que la salvación ya era matemática desde la jornada anterior.

Osasuna ha realizado un ejercicio de supervivencia agarrado al jagobismo más práctico y eficaz que le ha cambiado la cara en cuatro meses a muchos jugadores del equipo y a otros directamente se la ha puesto. Moncayola, Manu Sánchez o Javi Martínez son jugadores de Primera división y los tres apuntan a proyectos muy serios. Retener a este trío podría ser fundamental para que el arranque de la temporada próxima no sea como el de la anterior.

Lo de Moncayola ya está más que dicho; por Javi Martínez no parece que vayan a llegar ofertas este verano, así que puede ser buen momento para anticiparse y evitar que cuando termine de explotar tenga una cláusula baja; y por Manu Sánchez Osasuna va a tener que negociar duramente, especialmente con las carencias que tiene el Atlético de Madrid con Lodi. Un jugador que en media temporada (y sin jugarla entera) es máximo asistente del equipo se antoja fundamental para la campaña que viene.

Y ahora vamos con el que va a ser el nombre del verano: Ante Budimir. El croata ha llegado a la decena de goles, superando la campaña del Chimy pasada. El balcánico cuesta 8 millones de euros, Osasuna quiere pagar 4, lo que le convertiría en el fichaje más caro de la historia rojilla, y el Mallorca, en Primera, tiene pinta de que va a querer hacer el agosto, nunca mejor dicho, con él. Con Calleri fuera de plano las últimas semanas por la lesión, parece que el club se volcará en encontrar un acuerdo por Budimir. Sus goles, como los dos contra el Cádiz, así lo avalan.

Le queda a Braulio un largo verano por delante para intentar que el barco, una vez en puerto, no se le desmonte. No lo va a tener fácil, pero todo sea por no volver al 14 de enero.