El voto favorable que emitió ayer Osasuna para que el plan LaLiga Impulso salga adelante no implica que el club acepte la cantidad que le corresponde, puesto que la decisión final se someterá a votación en la Asamblea General el día 11 o 12 de septiembre. Una vez que la Asamblea se pronuncie, Osasuna comunicará a LaLiga si acepta o no el dinero que le corresponde, informó el club.

Osasuna ha votado que sí y después preguntará, cuando lo lógico hubiera sido hacer justo lo contrario. El modo de actuación de la Junta Directiva de Osasuna ha distado del que ha seguido otro club como el Athletic, que ha votado que no y después someterá el acuerdo a la decisión de su Asamblea.

En un extenso comunicado, Osasuna justificó su posición favorable al acuerdo a la entrada del fondo de inversión CVC, que calificó como “un hito para el fútbol español”.

A juicio de la Junta Directiva, “lo más relevante de la inversión que llevará a cabo CVC no es la posibilidad de aumentar el límite salarial, sino todos los condicionantes que LaLiga exige para poder desembolsar el dinero y que permitirán dar un salto muy importante a todos los clubes, especialmente a todos aquellos de un tamaño similar al nuestro. Es un acuerdo que da estabilidad y que nos permite asentarnos en el siglo XXI”.

El club asegura que la decisión no se debe a la necesidad de liquidez económica en el momento actual y remarca que no puede volver a perder un tren como ocurrió en 2014 “tras la entrada en vigor de la venta centralizada de los derechos de televisión”.

Cientos de aficionados rojillos mostraron su desacuerdo tanto por las formas como por el sentido del voto para facilitar el acuerdo de LaLiga con CVC. Una decisión criticada por no haber sido sometida a la Asamblea o al conjunto de los socios, los verdaderos propietarios del club.

Después, las condiciones de la inyección de capital de CVC tampoco gustan entre la afición rojilla. Es pan para hoy y hambre para mañana. Los socios piden pensar a largo plazo y no consideran oportuno hipotecar el futuro del club para los próximos 50 años. La última palabra la tendrá el día 11 o 12 de septiembre la Asamblea aunque, vista su composición, se antoja complicado que contradiga a la actual Junta Directiva.