En un párrafo

ada vez tenemos más claro que hay dos Osasunas: el que va a por los partidos y el que va a ver qué pasa. Y lo que le pasa a éste último casi siempre es lo mismo: que empata si tiene suerte o pierde si no la tiene. Podemos entender -porque no hay otra manera- que vaya a ver qué pasa cuando juega contra un grande. Todos junticos atrás y a presionar y a correr, que en 90 minutos alguna ocasión habrá. Porque meterte en un intercambio de golpes con un grande se salda siempre con paliza. Lo que no podemos entender es que cuando juega con un equipo similar o inferior aplique esa misma táctica, en vez de irse a por ellos. Y si le meten un gol en una contra ya meterá él dos o tres. Y no estamos inventando nada, sino recordando, casi con añoranza, el equipo del principio de esta misma temporada. Pero llegó el Tourmalet de los grandes, se cambió el chip a modo prudente/defensivo y nadie se ha acordado de volver a ponerlo en su sitio.