Osasuna mantiene el reloj de la temporada con la hora adelantada y, con 20 puntos en la clasificación, tantas victorias en casa como en todo el curso pasado, futbolistas a toda máquina, alternativas para cada puesto y con un juego que encandila, comienza a notar que se debe lanzar a por objetivos mayores en este curso. El equipo de Arrasate completó ante el Valladolid uno de los mejores partidos de la temporada, o por lo menos, un primer tiempo subyugante, arrebatador para el aficionado propio y muy interesante para el público desapasionado. Será difícil en los últimos tiempos visionar más despliegue en ataque de los rojillos.

Sostenido por un entramado defensivo contundente –a pesar de la presencia de dos laterales no habituales–, elevada la contundencia al centro del campo por la omnipresencia de Lucas Torró –el mediocentro se ha convertido en uno de los mejores de la Liga en su puesto–, con la genialidad de Aimar Oroz y Moi Gómez siempre encendida –los dos galácticos de esta plantilla–, Osasuna fue siempre un equipo equilibrado en todas las facetas del juego, certero en la toma de decisiones con el balón y muy generoso en el esfuerzo. Con un mínimo de acierto mayor, el conjunto rojillo hubiese goleado al Valladolid. Así de sencillos y aplastantes son los argumentos que regala el equipo.

Osasuna se planta ante los dos últimos encuentros de Liga antes del disparatado parón por el Mundial de los petrodólares en plena ebullición, con un apreciable pico de forma de todos los jugadores –el técnico de Osasuna tiene en fila un montón de gente llamando a la titularidad– y demostrando que ya superó el bajón de resultados cuando hubo desaceleración de puntos en cuatro jornadas. Frente al Valladolid, un rival que llegaba en forma a El Sadar, con la confianza de dos victorias consecutivas, el equipo de Arrasate se presentó como un muro imposible de superar, un abismo insalvable de diferencia futbolística. Osasuna ha demostrado en varios encuentros que camina en un nivel por encima de contrincantes que en otro tiempo estaban llamados a pugnar codo con codo con los anhelos de los rojillos.

De hecho, el partido comenzó a correr por el lado de Osasuna en una jugada en la que el Valladolid ya se notaba ampliamente superado y moleso. El penalti de Roque Mesa sobre Manu Sánchez ofrece poca discusión, como la propia jugada de tiralíneas de los rojillos en la que las ayudas del rival se convierten en un remedio desesperado, más fuego para el incendio –el centrocampista se comió al lateral de Osasuna zafiamente–. El gol anotado por el Chimy Ávila lanzó a Osasuna por la pendiente y al Valladolid, al pozo. El segundo tanto, pocos minutos después, obra de la conexión de los genios de rojo, Oroz y Gómez, confirmó una superioridad que fue desde entonces aplastante. Un festival apabullante en la que estuvieron a punto de sumarse a la fiesta del gol Budimir en un par de ocasiones –el croata estuvo activo pero sin chispa–, Rubén Peña, Kike Barja, el Chimy y Aimar Oroz. Un gigante juguetón fue Osasuna.

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Aficionados en El Sadar antes del Osasuna - Real Valladolid Diario de Noticias

El Valladolid salió algo más bullicioso en la segunda parte, pero no le duró mucho el ánimo ni tuvo el suficiente picante como para inquietar de verdad a Osasuna, que capeó sin muchos apuros el esforzado arrebato pucelano. El equipo de Arrasate guardó una traca final para el último cuarto de hora. En él, volvió a arrinconar a su rival y, además, dio un paso en la calidad del dominio con el disfrute de grada y jugadores. Kike García, relevo en los minutos finales, subió la temperatura de la estadística de los rojillos con otras tres claras oportunidades de gol y Moncayola también se apuntó a engordar los datos con un lanzamiento desde el borde del área. Al árbitro no le pareció que el derribo a Lucas Torró en el área fuese penalti cuando fue una infracción de libro. Escandalosa decisión, nada que pueda alterar a este Osasuna. Que no necesita mirar la hora.

-Ficha técnica


2 Osasuna: Aitor Fdez; Peña, Unai García, David García, Manu Sánchez (Juan Cruz, m. 87); Torró; Chimy Ávila (Kike García, m. 76), Aimar, Moi Gómez (Roberto Torres, m. 87), Kike Barja (Rubén García, m. 64); Budimir (Moncayola, m. 64).


0 Real Valladolid: Masip; Rosa (Plata, m. 46), Feddal (Fresneda, m. 46), El Yamiq, Javi Sánchez, Olaza; Kike Pérez (Aguado, m. 65), Mesa (Monchu, m. 70), Óscar Plano; Weissman (Guardiola, m. 73), Sergio León.


Goles: Chimy Ávila 1-0 (m. 11), Moi Gómez 2-0 (m. 19).


Árbitro: Guillermo Cuadra Fernández (Comité canario), asistido por Garrido Romero y Tresaco Escabosa. El colegiado mostró amarilla a Torró por parte de Osasuna. A Roque Mesa, Olaza y Rosa por parte del Valladolid.


Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de LaLiga Santander disputada en El Sadar ante 19.429 aficionados.