No le está gustando un pelo a la afición de Osasuna la resaca que está dejando la visita del Real Madrid y el ínclito Vinícius a El Sadar, pues a la derrota de su equipo (0-2) se ha unido la demonización que está sufriendo la hinchada rojilla por la incontinencia verbal de un par de aficionados, sin contar algún que otro cántico de un reducido sector de la grada, de entre los 21.668 que acudieron el sábado al estadio donde juega el conjunto navarro.

Tampoco anda demasiada contenta la rojez con la actitud del delantero del Real Madrid, sobreexcitado y sobreprotegido a partes iguales en El Sadar. Si bien es cierto que escuchó insultos dedicados a su persona, también lo es que él se los dirigió al árbitro durante el partido, como bien captaron las cámaras de DAZN, aunque el colegiado del encuentro, el jienense José Luis Munuera Montero, o no los escuchó o hizo oídos sordos.

A Vinícius le hicieron menos faltas que nunca –tres, según la estadística–, pero protestó unas cuantas más de forma airada sin encontrar castigo en forma de amonestación por parte del trencilla, que le mostró una amarilla, sí, pero más derivada de una decisión salomónica para poner paz entre el brasileño y Moi Gómez después de que el rojillo recriminara al madridista la segunda falta casi consecutiva que le hizo su rival antes del descanso.

También la tomó Vinicius con un recogepelotas por no lanzarle el balón para acelerar un saque de banda de su equipo y dárselo a la mano, como quedó demostrado por otro vídeo que circuló ayer en las redes sociales, porque no solo la LaLiga rastrea Internet.

Para rematar, el brasileño también bailó, se besó el escudo, desafío a la grada y se gustó delante de las cámaras tras los dos goles que marcó en El Sadar, aunque ninguno subió al marcador: el primero, por encontrarse en un claro fuera de juego; el segundo, después de que el VAR descubriese que su asistente, el debutante Álvaro, se encontraba en posición adelantada antes de darle el balón a Vinicius.

Fueron estas las denuncias que hizo la afición de Osasuna en las redes sociales, donde tampoco se libraron de la crítica LaLiga, por convertir El Sadar en un pequeño Gran Hermano; ni Ancelotti, que se encaró con un aficionado; ni tampoco algunos medios de comunicación, que convirtieron todos los insultos en racistas, cuando el único que ha trascendido como tal es el comentario de un aficionado en un vídeo.

Protesta de Vinicius y Nacho al árbitro Munuera Montero. Oskar Montero