Ernesto Valverde, entrenador del Athletic, ha comparecido en la tarde de este lunes para hablar del partido de vuelta de la semifinal de Copa que en la noche de este martes, a partir de las 21.00 horas, le va a enfrentar con Osasuna en San Mamés, adonde los rojillos van a llegar con un gol de ventaja. Y el técnico del conjunto bilbaíno ha dicho de su adversario que “no ha sido nunca un rival de meterse muy atrás, sino de plantar cara”, por lo que espera al mejor Osasuna.

Ha destacado el preparador del Athletic que su equipo alcanza esta cita en mejores condiciones que el partido de ida, al que llegaron con muchas bajas y varias dudas por diferentes problemas físicos, y sobre el encuentro ha señalado que “ya no hay más, es este partido, es definitivo y tenemos que ir a intentar ganarlo desde el inicio, no cuando queden cinco minutos, sobre todo porque tenemos que remontar”. “Es la segunda parte de la eliminatoria, tenemos una desventaja y tenemos que intentar remontarla con la ayuda del ambiente, con el corazón y con la cabeza, pero supongo que en Osasuna pensarán lo mismo”, ha añadido.

Valverde ha reconocido que “tener más experiencia que el rival en este tipo de partidos siempre está bien”, pero ha explicado que “no creo que sea una ventaja porque la ilusión de llegar a una final es lo que de verdad te impulsa y ese incentivo lo tenemos los dos equipos”.

Al ser cuestionado por si cambiaría jugar la vuelta en El Sadar, en lugar de en San Mamés, pero teniendo la ventaja con la que va a llegar Osasuna a Bilbao, el entrenador del Athletic se ha pensado la respuesta, pero ha terminado confesando que, evidentemente, “cambiaría el resultado”.

Para terminar, no ha querido desvelar si han entrenado los penaltis, pues ha reconocido que, al no tener valor doble los goles anotados en campo contrario, “hay más posibilidades de que haya prórroga y penaltis”, añadiendo que “estamos con ilusión desde hace tiempo, desde que terminó el partido de ida, para intentar remontar y tratar de llegar a la final con nuestro público”. “El premio de jugar una final es gordísimo para los dos equipos”, ha rematado.