Portan dorsal superior al 25, hace dos años varios empataban en Segunda RFEF ante la Mutilvera, y ayer compitieron de tú a tú ante un Barcelona que se jugaba encarrilar la Liga, pudiendo tener la cabeza en la final copera del sábado. Pero lo cierto es que Diego Moreno, Jorge Herrando, Iker Benito e Iker Muñoz son cuatro casos llamados a ser los nuevos Aimar Oroz y Pablo Ibáñez.

Los cuatro están opositando a estar en las quinielas de las próximas plantillas de Osasuna. Ayer el único debutante fue Herrando, pero todos afrontaron un encuentro de altura, ante un rival de gran entidad. Curtidos y mimados bajo la dirección de Santi Castillejo en el Promesas –Arrasate destacó la labor del cuerpo técnico del técnico valtierrano en los micrófonos de DAZN al término del partido–, los canteranos están cuajando una gran temporada en su debut en Primera RFEF, donde resultan imprescindibles para el preparador.

La irrupción de Diego Moreno fue destacada, pues el de Cintruénigo tenía la papeleta de suplir las bajas por lesión de Rubén Peña y Nacho Vidal. Cumplió con creces y ayer sumó su decimosegundo partido oficial con el primer equipo –8 de liga y 3 de copa–. Las bajas de Darko y Torró propiciaron también la aparición de Iker Muñoz, que ya cuenta con cinco encuentros a sus espaldas, jugando con la sencillez de un veterano curtido en mil batallas. El otro Iker, Benito, debutó como titular en el Camp Nou la pasada temporada, y aprovechando su buen momento de forma, ayer disputó su octavo partido con el primer equipo.

El último de esta camada, Jorge Herrando, vio premiada con su titularidad sus buenas actuaciones en el eje de la zaga del filial. El de Campanas tenía la complicada tarea de defender a Robert Lewandowski, y, hasta la expulsión, cumplió con creces.