Osasuna, del sueño a la pesadilla (3-0)

Osasuna pasó ante el Atlético del sueño a la pesadilla con facilidad pasmosa, dolorosa cuando se viene con el pecho hinchado por la moral y la confianza. Solo unos minutos en la primera mitad quisieron sacar al conjunto navarro del sufrimiento permanente en que se convirtió el partido, un encuentro en el que siempre los rojillos anduvieron a pie cambiado, o descolocados, o lentos, o tocados por la mala fortuna en esos lances fatales. Si Osasuna llegó con la intención de responder a la llamada de Europa, en Madrid hubo silencio absoluto, uno de esos silencios que pesan y aplastan. Con el varapalo frente al Atlético, el equipo de Arrasate parece agotar el cupo de concesiones hasta final de temporada si quiere mantenerse en la lucha por meterse en una competición continental.

Aparcada la teoría feliz de las buenas intenciones, tras haber saltado al campo con un equipo con poderío y perfil ofensivo, la realidad del Atlético se impuso con toda su crudeza, a pesar de que necesitó su tiempo que herir en el marcador. De hecho, Osasuna creía que ya había pasado lo peor cuando se produjeron una serie de errores encadenados que liberaron a Griezmann y Carrasco para la consecución del primer gol local. Era el último minuto del primer tiempo y los rojillos habían logrado llegar indemnes a ese momento tras haber sufrido media docena de córners, dos postes y un larguero. La puesta en marcha del encuentro había sido horrenda para los hombres de Arrasate, triturados por el carril de Carrasco, imprecisos hasta la desesperación con el balón, tardos en los movimientos frente a un Atlético mucho más vivo. Ante el desmayo, el equipo de Simeone se había cobrado en quince minutos remates a la madera firmados por Griezmann, en dos ocasiones, y Saúl.

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La tormenta del Atlético fue amainando mediado el primer tiempo y Osasuna respiró, no sufrió como antes, llegó a estirarse a veces y centrar por fin, incluso a rematar con peligro en una oportunidad por mediación del Chimy. El gol a la carrera de Carrasco -hubo una pérdida de balón que dejó descolocada a la defensa, además del coscorrón de David García a Morata- le recordó a Osasuna que el temporal no había pasado.

A un gol de distancia, cualquier cosa puede pasar y el cambio de rumbo se puede llegar a pensar que está cerca. Para redirigir a Osasuna hacia otra dirección mejor, Arrasate le dio otro ritmo a la banda izquierda con el relevo del Chimy -ayer en el flanco de los zurdos-, cuyo sitio lo ocupó Manu Sánchez, que cedió su puesto a Juan Cruz. En esos minutos de mayor igualdad y presencia de los rojillos cerca del área, Budimir no acabó de rematar en condiciones cuando estaba solo ante su compatriota, el meta Grbic.

Pero Osasuna volvió a conceder y el partido se escapó del todo. Un pase de Juan Cruz fue interceptado muy cerca del área por Koke, y De Paul, siguiente gestor de la pelota, tuvo metros para ver llegar a Saúl cabalgar entre los defensas y que hiciera el segundo de forma intachable. Los rojillos quedaron a merced del Atlético, que dispuso de más ocasiones y redondeó su fiesta con un marcador doloroso con un nuevo tanto de Correa, también con la defensa de aquella manera, en ninguna parte. De los sueños a la pesadilla a veces van 90 minutos y a Osasuna le toca ahora hacer el viaje de vuelta.

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1x1 de Osasuna ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano DIARIO DE NOTICIAS

Resumen del Atlético de Madrid - Osasuna.