La afición de Osasuna despide este domngo a uno de los ídolos de la temporada, Abdessamad Ezzalzouli, Abde, un futbolista fantástico que a sus 21 años –cumplidos en el mes de diciembre– ya parece llamado para aventuras mayores, en equipos con más ruido y posibles que tendrán que pelear, eso sí, para igualar el cariño que se va a llevar de la gente de El Sadar. Los aficionados de las gradas laterales del estadio se han frotado las manos en cada encuentro con las actuaciones del marroquí. La excitación y convicción que el atacante rojillo propone a los hinchas en cada jugada bien merece el pago del precio de la entrada –controles increíbles, retos en cada carrera, baile entre defensas desmontados–, y eso es lo máximo para los fieles que acuden a la parroquia cada fin de semana.

Las cesiones de jugadores suelen ser un asunto difícil, aunque Osasuna se debe felicitar con la experiencia con Abde y, también en su medida, con la de Manu Sánchez, que ha ido enganchando curso tras curso hasta vivir casi tres temporadas como rojillo.

Las aportaciones del atacante marroquí, de todos modos, están por encima de lo visto desde hace mucho tiempo para lo que puede dar de sí un joven, recién llegado y con pasaporte asegurado para la gloria en otra parte. Probablemente hay que remontarse hasta los tiempos de la cesión de Roberto Soldado por parte del Real Madrid para encontrar un futbolista con semejante protagonismo en un solo año a préstamo y además siendo un pipiolo. Soldado, Gudari en El Sadar, llegó cedido a Osasuna en la temporada 2007-08 –tenía 21 años y llegaba como uno de los killers de la cantera blanca con registros cercanos a veinte goles en los tres cursos anteriores– y completó una campaña espectacular. Jugó 44 partidos en todas las competiciones –Liga, Copa del Rey, Copa de la UEFA y la eliminatoria de clasificación de la Liga de Campeones– y marcó 13 goles. Su presencia en los planes del entrenador, Ziganda, tiene mucho mérito porque la competencia en ese equipo era muy potente, con Savo Milosevic o Pierre Webó, por ejemplo.

Sin llegar a los niveles goleadores de Soldado –que fue repescado por el Real Madrid para la temporada siguiente y tuvo una participación testimonial, jugando en ocho encuentros–, la eclosión de Abde ha sido lo mejor desde entonces a efectos de una joven promesa llegada cedida desde un club grande porque sus números así lo certifican. El internacional marroquí ha jugado hasta hoy 33 encuentros –sumará mañana el 34– y ha marcado seis goles –dos decisivos en la Copa y cuatro en la Liga–.

El futbolista rojillo ha ido recibiendo muestras de afecto en los últimos días y el entrenamiento de ayer tampoco fue excepción. Fue la última sesión a puerta abierta antes del final de temporada y Abde volvió a ser uno de los más reclamados por los aficionados. que quiere de él recuerdos de todo tipo. La banda izquierda de El Sadar –en donde personal de la grada esperaba siempre su faena– le va a echar en falta.