A Jagoba Arrasate, entrenador de Osasuna, no le ha quedado otra que apostar por las rotaciones en busca de piernas frescas para paliar el cansancio derivado del apretado calendario de su equipo antes del primer parón liguero de este fin de semana. De hecho, en los seis compromisos oficiales que ha disputado el conjunto navarro entre el 13 de agosto, fecha en la que inició la Liga en Vigo (0-2), y el pasado 3 de septiembre, cuando perdió con el Barça en El Sadar (1-2), incluyendo en este tramo los dos duelos de la previa de la Liga Conferencia contra el Brujas, son 22 los jugadores de los que ha echado mano el técnico. Es decir, todos los integrantes de la primera plantilla (aquí también cuentan Iker Muñoz y Jorge Herrando), a excepción del lesionado Darko Brasanac y de Unai García, al que unos problemas en la rodilla le están dando más guerra de la deseada desde hace ya algún tiempo.

Aunque el preparador rojillo casi repitió once inicial en las dos primeras jornadas de Liga (sólo cambió de portero, ya que en Vigo jugó Sergio Herrera, mientras que contra el Athletic en El Sadar lo hizo Aitor Fernández), la mejor prueba de que las rotaciones se han convetido en su modus operandi la encontramos en los dos últimos encuentros, ya que en la alineación titular contra el Barcelona en Pamplona introdujo nueve variaciones con respecto a la que presentó tres días antes en Bélgica.

Aunque los resultados no fueron los deseados –el empate en Brujas (2-2) no le sirvió a Osasuna para acceder a la fase de grupos de la Liga Conferencia y después cayó con el Barça en El Sadar (1-2)–, lo cierto es que el conjunto navarro ofreció un notable rendimiento en ambos compromisos, demostrando que tal vez haya perdido desborde por el retorno de Abde a la Ciudad Condal antes de ser traspasado al Betis, pero ha ganado en fondo de armario gracias a los refuerzos, pero, sobre todo, a sus cantera.